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Cuba denunció hoy en España el carácter genocida y extraterritorial
del bloqueo económico, comercial y financiero que soporta desde hace
casi medio siglo por parte de Estados Unidos.
El encargado de desenmascarar esa política fue el embajador de La
Habana en Madrid, Alejandro González Galiano, quien en rueda de
prensa explicó aspectos del proyecto de resolución que su país
presentará mañana en Naciones Unidas para exigir el cese de esa
hostil medida unilateral.
Ante periodistas de numerosos medios españoles, González Galiano
alertó que contrariamente a una supuesta flexibilización de ese
cerco, como pretende hacer ver la campaña mediática lanzada por
Washington, esa acción hostil se mantiene intacta.
Esa ofensiva mediática podría inducir a la creencia de que la
actual administración del presidente Barack Obama suavizó las
medidas coercitivas contra Cuba, pero el único cambio que apreciamos
en su gobierno es en la retórica, subrayó.
El diplomático precisó que las regulaciones del bloqueo,
instaurado en 1962 por la potencia norteña, preservan su total
vigencia y no modificaron su esencia: causar hambre, sufrimiento y
desesperación en el pueblo cubano.
González Galiano enfatizó que el bloqueo califica como un acto de
genocidio, concebido para asfixiar a la Revolución nacida en la
mayor de las Antillas en 1959 y sus conquistas sociales en sectores
como la educación y la salud.
Advirtió que recientes medidas anunciadas por la Casa Blanca,
como restituir a los cubanoamericanos su derecho a visitar a la
isla, apenas llevan el estado de las cosas a niveles previos al
mandato de George W. Bush, quien recrudeció la agresión a Cuba.
Por sólo citar algunos daños ocasionados por cinco décadas de
hostilidad, el embajador mencionó que los perjuicios en la salud
pública se cuantifican en 25 millones de dólares, mientras que en el
sector agroalimentario ascienden a cerca de 122 millones.
El bloqueo afecta a niños que no pueden recibir tratamiento,
porque nos impiden adquirir en el mercado estadounidense medicinas o
equipamiento médico, y hablamos de críos, no de dirigentes políticos
ni de militantes partidistas, arremetió.
Recordó que en términos globales, las proscripciones impuestas a
Cuba, consideradas las más prolongadas sufridas por un país en la
historia de la humanidad, causaron ya pérdidas por 96 mil millones
de dólares, según cálculos conservadores.
Más de siete millones de los casi 12 millones de cubanos
nacieron, crecieron y coexisten hasta hoy con el bloqueo y no
conocen otra cosa que las carencias generadas por ese plan agresivo,
injusto y obsoleto, manifestó el diplomático.
Sintetizó que las restricciones atentan contra el derecho a la
paz y constituyen una violación de los derechos humanos del pueblo
cubano y el principal obstáculo para el desarrollo económico de su
país.
Insistió en que las escasas acciones tomadas por Obama son
positivas, pero insuficientes para dar un vuelco en las relaciones
entre ambos países, pues mantienen intacto todo el andamiaje de esa
cruel política implantada en 1962.
Si de gestos se trata, el único que debe darlo por una razón
moral y ética es Estados Unidos levantando de manera unilateral y
sin condiciones el cerco a la mayor isla de las Antillas, concluyó.