El cultivo de girasol, planta oleaginosa de diversos usos, se
generaliza en la provincia cubana de Granma, para sustituir
importaciones, favorecer el medio ambiente y ayudar a la
alimentación de personas y animales.
La experiencia la inició en 1990, en el serrano municipio de
Pilón, el biólogo Jesús Domenech, ahora jefe del proyecto provincial
de producción y comercialización del vegetal.
El científico dijo a la AIN que empresas agrícolas de Granma
trabajan en la plantación de las primeras 12 caballerías, con
semillas obtenidas en la citada localidad.
Agregó que el principal derivado, el aceite, se extrae con
rendimiento promedio del 29 por ciento, sólo un punto inferior al de
unidades de tecnología similar en el mundo.
Esa grasa, explicó, es comestible, se emplea en la fabricación de
medicamentos, cosméticos y otros productos, en tanto la torta de
desecho sirve para la nutrición animal.
Domenech señaló que, alimentando las abejas con girasol, el
apicultor Elier Mora, de Pilón, logró hasta 130 kilogramos de miel
por colmena en 12 meses, en una zona seca, donde la lluvia promedio
no pasa de 500 milímetros por año.
Según publicaciones internacionales, este vegetal sobresale entre
los que aportan más grasas insaturadas cardiosaludables y vitamina
E, potente antioxidante.
Tales fuentes recomiendan utilizar el aceite crudo, para
conservar sus propiedades, pues tiene un 99 por ciento de grasa, en
su mayoría ácidos grasos considerados esenciales y que deben
consumirse a través de los alimentos, ya que el organismo humano no
puede sintetizarlos, precisan.
Domenech destacó que, según la investigación realizada en Pilón,
la mencionada torta de desecho acelera la producción de huevos en
las aves.