Con seguridad
Antonio Guerrero, preso injustamente en los Estados Unidos
por luchar contra el terrorismo, repasará este viernes, en su
cumpleaños 51, algunos de sus recuerdos juveniles en Santiago de
Cuba.
Sucede así, casi siempre, cuando el almanaque marca un año más de
vida y, sobre todo, cuando se rebasa el medio siglo.
El hecho de estar entre rejas hace 11 años le impide, otra vez,
festejar su llegada al mundo con sus seres queridos y amigos.
Con seguridad este viernes aflorarán con más fuerza en sus
recuerdos los momentos cuando trabajó en la ampliación de la pista y
remodelación del Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, de esta
ciudad oriental.
Para él será inolvidable el día de la inauguración y haber estado
entre los especialistas que explicaron a Fidel todo lo relacionado
con la importante inversión.
Quienes llevan tiempo en esa terminal aérea como trabajadores o
compartieron los trajines constructivos, lo tienen muy presente por
su constante preocupación por la obra, sus vastos conocimientos, su
sonrisa picaresca y su caballerosidad.
La arquitecta santiaguera Lissette Soria, su compañera y amiga
que se mantiene como especialista en el aeropuerto, conserva
gratamente la imagen del joven con la cabeza sobre el buró de su
modesta oficina, descansando unos minutos pues el día se unía con la
noche en la ardua tarea.
De él también recuerda su gusto por la lectura, por ello tantos
libros siempre a su alrededor, su amplia cultura, la facilidad para
escribir y recitar poemas, su preferencia por las canciones de Julio
Iglesias, bailar y tomar vino.
Hace pocas horas un tribunal de Miami impuso nuevamente una
injusta sentencia a Antonio Guerrero, al condenarlo a casi 22 años.
Quienes lo conocieron de cerca o no tuvieron ese privilegio,
abrigan la esperanza de que mucho antes de cumplirse ese tiempo
ocurra la excarcelación de él y los cuatro compatriotas prisioneros
en el imperio.
Cuando ese momento llegue, con seguridad vendrá a Santiago de
Cuba, de cuya historia él forma parte por las huellas dejadas en el
aeropuerto, la Empresa de Proyectos 15, la Facultad de
Construcciones y en el amor de pareja, donde tuvo como semilla a su
hijo Tony.