Espacios verdes para la ciudad

Sembrar más árboles es una medida de protección inaplazable para mitigar el aumento de las temperaturas y mejorar la calidad ambiental en la zona metropolitana de la capital

Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu

Las noticias sobre la tendencia al calentamiento global del planeta son en realidad inquietantes. Retroceden los glaciares, se derrite el hielo Ártico a mayor velocidad de la esperada, ocurren más desastres naturales asociados a este peligroso proceso.

Fotos: Ismael BatistaEl pino no debe sembrarse en las ciudades debido a los daños que puede causar el notable crecimiento de sus raíces.

Cuba tampoco escapa a los posibles impactos de lo que hoy constituye para muchos, el mayor desafío a enfrentar por la humanidad en el siglo XXI.

Según estudios hechos por especialistas del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, en las últimas cuatro décadas la temperatura media anual del país registró un alza de 0,6 grados Celsius, vinculado sobre todo al notable aumento de los valores de mínima en casi 1,5 grados.

También hay un comprobado incremento en la frecuencia de sequías extremas, y los veranos tienden a ser más largos.

Ante la realidad de un clima que se vuelve más cálido, el crecimiento de los bien denominados espacios "verdes" es de vital importancia en la preservación de un entorno urbano menos agresivo desde el punto de vista térmico, pues el efecto combinado del asfalto, el concreto y otros materiales, abundantes en las ciudades, acentúa la sensación de calor sofocante.

LoS ROSTROS DE LA REFORESTACIÓN

Debido a su tamaño, color y diversidad de forma, los árboles contribuyen a aliviar las tensiones propias de las grandes urbes, al propiciarnos un paisaje más agradable y armónico.

Como bien expresa Rafael Oceguera Perdomo, director provincial de Áreas Verdes, estos mitigan los efectos de las temperaturas elevadas, reducen el ruido y la densidad de polvo, y pueden potenciar el efecto de filtración del aire por la vegetación.

El verdadero valor de los árboles urbanos radica en el inestimable servicio ecológico que brindan, no por gusto son considerados verdaderos pulmones del ambiente citadino, subrayó.

Recientes cálculos indican que la zona metropolitana de la ciudad de La Habana dispone en la actualidad de unos 138 000 árboles asentados en la vía pública, lo cual arroja un índice de 23 metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Aunque tal situación es considerada aceptable por los parámetros internacionales, no nos sitúa tampoco en una posición ventajosa, de ahí que reforestar continúa siendo una necesidad.

Sin embargo, dentro de esa cantidad estimada hay poco más de 10 000 que deben ser talados y sustituidos, por tratarse de ejemplares viejos en mal estado, o porque el crecimiento desmesurado de sus raíces daña pisos, aceras, estructuras de inmuebles, viviendas, fosas sanitarias, y las redes de acueducto y alcantarillado.

La situación del arbolado en la capital, precisa Oceguera, ha sido perjudicada por la mala selección de las especies sembradas en los años 50 del pasado siglo y en algunas ocasiones posteriores, y la carencia de un correcto manejo al faltar sistematicidad en la poda radicular y foliar, fundamentalmente en los años más difíciles del periodo especial.

Estos trabajos de sustitución de los ejemplares que así lo demandan resultan bien complejos, porque además de requerir del apoyo de otros organismos, exigen el empleo de grúas de gran tonelaje y equipos especializados, que no siempre están al alcance de nosotros, apuntó.

A pesar de las limitaciones de espacio existentes en municipios como La Habana Vieja, Centro Habana, Plaza y 10 de Octubre, el funcionario indicó que deben plantarse alrededor de 16 000 árboles más para cubrir el perímetro urbano de la ciudad.

Las principales especies utilizadas son el roble, majagua, ocuje, framboyán enano, cedro, cassia amarilla y framboyán rojo.

Con el objetivo de asegurar el suministro estable de los árboles a sembrar, la dirección provincial de Áreas Verdes produce anualmente en sus viveros un aproximado de 40 000 posturas.

También cuentan con un colectivo de ingenieros agrónomos y forestales de alta calificación, que garantiza la disciplina tecnológica necesaria en cada una de las etapas del programa de reforestación de la urbe. La siembra tiene lugar de mayo a octubre, por tratarse de los meses que forman parte del periodo lluvioso.

Una tarea de máxima prioridad es la ejecución del censo del arbolado urbano, cuyos resultados permitirán conocer, con mayor precisión, la cantidad de árboles existentes, su estado técnico, la cantidad por especie, si provocan algún tipo de afectación, y los que deben reponerse.

Bondades de la buganvilia

Más allá de los beneficios ecológicos mencionados, sembrar árboles y fomentar la propagación de jardines, tributan una singular belleza al paisaje natural de cualquier ciudad.

Fotos: Ismael BatistaPor el colorido de las flores y su resistencia a las altas temperaturas, la buganvilia debe tener una mayor presencia.

Ello fundamenta la aparición de canteros de piedras, dibujados con plantas ornamentales, en numerosas avenidas, rotondas y viales de la capital, como los situados frente al Zoológico de 26, y en los alrededores de la Fuente Luminosa.

Una de las especies con mayores perspectivas de empleo para tales fines es la buganvilia, llamada también Zarza americana y Flor de papel, pues además del colorido de sus flores (existen las variedades roja, amarilla, blanca, naranja y morada), es sumamente resistente a las altas temperaturas y condiciones de sequía, por tanto sus requerimientos de agua son bien bajos.

Fotos: Ismael BatistaLos viveros garantizan la posterior plantación de las especies adecuadas.

Sobre el tema, Rafael Oceguera explicó que por sus características trepadoras, es muy apropiada para sembrarla en espacios de gran amplitud, pues si se poda mucho deja de florecer.

En los últimos tiempos hemos plantado miles de posturas de buganvilia en el Primer Anillo de la Autopista Nacional, los jardines de la Quinta Avenida, en áreas de los municipios de Cotorro, Boyeros y Arroyo Naranjo, mientras promovemos su cultivo en nuestros viveros, manifestó.

Dada sus cualidades, quizás valga la pena que la buganvilia tenga mayor presencia en el panorama ambiental capitalino y de otras ciudades.

 

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