La
decisión del gobierno golpista en Honduras de finalizar
precipitadamente el curso escolar está asociada a los intentos del
régimen de cometer fraude en las cercanas elecciones generales, con
la intención de legitimarse en el poder. La comunidad internacional
ha planteado que no aceptará los comicios del 29 de noviembre sin la
restitución del presidente constitucional Manuel Zelaya.
El usurpador Micheletti ha ordenado finalizar todas las
actividades relacionadas con el curso escolar el 31 próximo, a pesar
de que este año la asistencia a clases se ha visto sistemáticamente
suspendida por la situación de caos del país.
Los golpistas quieren alejar a los maestros de los centros
educativos para así manejar fraudulentamente las mesas de votación,
que siempre se instalan en escuelas y colegios.
Los maestros constituyen la columna vertebral de la Resistencia
Nacional, contra el golpe de Estado militar del pasado 28 junio,
según publicó PL este jueves. Si las elecciones son tan cercanas, no
conviene a los golpistas que los educadores estén unidos y mantengan
comunicación visual.
Es un hecho que los maestros, junto con la gran mayoría del
pueblo hondureño, rechazan la realización de los comicios bajo las
autoridades ilegítimas y con un Tribunal Supremo Electoral parte del
régimen golpista.