"Ambos investigaron cómo otras fuerzas, más allá del mercado,
pueden aportarnos una cooperación organizada", afirmó Mats Persson,
miembro del comité sueco que otorga el premio. La elección de los
ganadores refleja el cambio de aire a partir de la crisis
internacional, que puso en cuestión el pensamiento económico
dominante de las últimas dos décadas.
Olstrom se destaca en el campo de la Nueva Economía
Institucional. Sus estudios se basan en la acción colectiva, la
evolución de las instituciones y su supervivencia a largo plazo.
Williamson es un teórico del nuevo institucionalismo y autor del
concepto de "mecanismos de gobierno", para referirse a sistemas de
control del riesgo asociado a cualquier transacción.
"Estoy conmocionada", confesó Olstrom luego de enterarse de que
la Real Academia Sueca de Ciencias la había distinguido con el Nobel
en Economía, junto a su colega Williamson. La ganadora aseguró que
los resultados de sus estudios pueden ser utilizados hoy en la lucha
contra los problemas medioambientales. En sus trabajos plantea que
ante situaciones de abuso dominante de los recursos humanos, "hay
que llegar a soluciones alternativas a las planteadas por los
teóricos del Estado o de la privatización". "Estas no son las únicas
vías para resolver los problemas que enfrentan quienes se apropian
de recursos de uso común", según sus conclusiones.
La economista propone un juego donde es posible establecer
contratos vinculantes entre todos los participantes. Como regla se
obliga a "cumplir de manera infalible" con los acuerdos iniciales y
con estrategias de cooperación formadas por ellos mismos. Los
resultados de sus modelos permitieron inferir acerca de la necesidad
de contar con una estructura institucional, y sostiene que "el
interés propio de los que negociaron el contrato los conducirá a
supervisarse mutuamente y a reportar las infracciones observadas, de
modo que se hace cumplir el contrato". La Real Academia sueca
consideró que sus trabajos demostraron "cómo organizaciones de
usuarios pueden gestionar con éxito la propiedad pública".
Olstrom es politóloga y economista. Nació en 1933, se doctoró en
ciencia política en UCLA en 1965 y desde 1966 es profesora en la
Universidad de Indiana. Fue la primera en poner el acento en la
gestión de recursos comunes que "no pertenecen a nadie y que deben
ser administrados colectivamente, como el agua, los bosques, las
reservas de ganadería o el pescado", señaló Martine Antona,
economista del Centro de Cooperación Internacional de Investigación
Agronómica para el Desarrollo.
Por su parte, Williamson, nacido en 1932, está doctorado por la
Carnegie Mellon University en 1963, y actualmente es profesor de
Economía y leyes en la Universidad de California, en Berkeley. Sus
campos principales de investigación son la economía de las
instituciones, la estrategia de las organizaciones, la burocracia,
la política y los costos de transacción. "Sus trabajos pueden servir
de estructura para la resolución de conflictos", subrayó la Real
Academia.
En sus investigaciones, Williamson constató que las transacciones
que se desarrollan en el mercado pueden generar importantes costos
vinculados sobre todo a los desacuerdos y conflictos que surgen. De
acuerdo con su teoría de los "costos de transacción", una empresa
puede salir beneficiada a nivel financiero dando preferencia a las
alianzas a largo plazo, que pueden permitir resolver discrepancias a
través del contrato, y abandonando las operaciones a corto plazo
efectuadas en mercados con múltiples actores. Su trabajo no parte de
la idea de que los mercados son perfectos y se autorregulan, por el
contrario, parte de sus fallas. "Se puede pensar que sus
conclusiones son una reacción a los problemas que surgieron en los
mercados financieros debido a la crisis económica mundial actual",
dijo Landi Gabel, investigador del Instituto Internacional Insead de
Fontainebleau y antiguo alumno de Williamson.
Los dos economistas recibirán 10 millones de coronas suecas,
equivalente a 1,4 millón de dólares. El premio fue dominado
ampliamente por los estadounidenses desde su creación. El año pasado
fue otorgado al también estadounidense Paul Krugman. (Tomado de
Página 12, de Argentina)