NACIONES UNIDAS.— El crecimiento del mercado de transplantes
llevó a la ONU y al Consejo de Europa a urgir el estudio de una
convención internacional que regule las donaciones de órganos y
tejidos humanos.
El tráfico de órganos también asume la modalidad denominada
"turismo de transplantes", emprendido por pacientes del Norte rico
que viajan para comprar órganos extraídos a hombres, mujeres y niños
de países del Sur pobre donde tales transacciones no están
reguladas. La convención es necesaria "para impedir el tráfico de
órganos, tejidos y células, proteger a las víctimas y procesar a los
infractores", indica el informe, encargado a cuatro expertos de
renombre por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y el
Consejo de Europa, bloque integrado por 47 países.
Los autores del estudio distinguieron entre el tráfico de órganos
humanos y el tráfico de personas perpetrado con la finalidad de
remover órganos y comercializarlos.
"Esperamos que esta cuestión se incorpore a la agenda tan pronto
como sea posible", dijo la asesora especial de la ONU sobre asuntos
de género, Rachel Mayanja, al ser consultada sobre la competencia de
la Asamblea General del foro mundial para redactar un proyecto de
convención al respecto.
La mayoría de las víctimas del tráfico de personas son mujeres,
niños y niñas que saben muy poco sobre sus derechos o sobre cómo
hacerlos respetar, indicó Mayanja, quien propuso el estudio junto
con Maud de Boer-Buquicchio, subsecretaria general del Consejo de
Europa.
El informe de 98 páginas, titulado Tráfico de órganos, tejidos
y células y tráfico de seres humanos con el propósito de remover sus
órganos, indica que las leyes y regulaciones son fundamentales
para que los servicios nacionales de donación y transplante
minimicen los perjuicios.
Estas normas son necesarias para proteger a los donantes vivos y
a quienes requieren transplante, manteniendo los principios de las
sociedades. El proceso de "donación de material humano para
transplante debe ser definido por la ley", indica el estudio.
El informe estima que corresponde al tráfico irregular 5% de los
transplantes de riñón practicados en el mundo, y recomienda como
base de toda legislación en la materia la prohibición del lucro y la
promoción de las donaciones de órganos, con preferencia por los
donantes recién fallecidos.
El Observatorio Global sobre Donaciones y Transplantes, creado
por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de
Sanidad de España, estimó que casi 100 000 pacientes en todo el
planeta reciben cada año transplantes de órganos sólidos, de los
cuales 65 000 corresponden a riñones, 20 000 a hígados y 5 300 a
corazones.
Pero la cantidad de transplantes de tejidos, entre ellos los de
córnea y válvula cardiaca, es mucho mayor, si bien se carece de
cifras oficiales.
"La escasez de órganos humanos y la pobreza se combinan para
crear los mercados", dijo el martes a la prensa uno de los autores
del informe, Arthur Caplan, presidente del Departamento de Ética
Médica de la estadounidense Universidad de Pennsylvania.
El estudio asegura que en algunos países de "América del Sur y
Asia", a los que no identifica, se han suministrado órganos de
donantes fallecidos, a cambio de dinero, a extranjeros que requieren
transplantes de riñón, hígado y corazón, entre otros.
La fiscal austriaca Carmen Prior, también coautora del informe,
ubicó entre los grandes defectos de la normativa la falta de una
definición internacional de tráfico de órganos. Es preciso elaborar
una que se base sobre tres principios básicos: prevención,
protección y acusación, dijo.
No existe ninguna norma de carácter obligatorio en el ámbito de
la ONU que establezca el principio de prohibir el lucro con la
comercialización de cuerpos humanos o sus partes, explicó. Pero la
Asamblea Mundial de la Salud, órgano rector de la OMS, acordó en
1991 una serie de "principios guía sobre transplantes de órganos
humanos".
Entre esos principios figura la prohibición de dar y recibir
dinero o de cualquier transacción comercial en la materia, pero esa
restricción no incluye los gastos por la recuperación, preservación
y envío de los órganos.
También enfatizan en proteger a menores de edad y otros sectores
vulnerables de la coerción o inducción impropia a donar órganos.
La prohibición del lucro es también esencial para consolidar un
sistema de donaciones basado sobre el principio del altruismo, tanto
de donantes vivos como de fallecidos, indica el estudio.
(Fragmentos tomados de IPS)