Jeringuilla en mano

Cuando llegamos a La Mesa, Camilo tuvo que ir al hospital para reponerse de las heridas (Segundo combate de Pino del Agua). Él le tenía un miedo increíble a las inyecciones y un día en que Sergio del Valle lo iba a inyectar salió corriendo loma abajo hasta nuestro campamento, seguido del médico, jeringuilla en mano. Cogimos a Camilo y lo sujetamos fuerte, yo le gritaba, "Déjate inyectar", pero había un problema, yo también le tengo pánico a las inyecciones y cada vez que Sergio se acercaba, yo lo soltaba por miedo a que en ese trajín el pinchazo me lo dieran a mí. Finalmente lo pudieron inyectar.

Ya por esa fecha, Camilo se estaba dando a conocer por su audacia, inteligencia y voluntad.

Narración de Orestes Guerra

 

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