El bloqueo norteamericano impedirá que IBM, la reconocida empresa
del ámbito informático, patrocine la sede cubana durante la
celebración, del 22 al 25 de octubre próximo, de una de las fases
regionales del certamen de programación más prestigioso del mundo.
Se trata del Concurso Internacional Universitario de Programación
de la ACM, una sociedad científica y educativa que promueve el
desarrollo de la Informática en el planeta. La competencia, donde
los participantes deben resolver problemas casi siempre relacionados
con asuntos reales, consta de tres momentos: local, regional y final
mundial.
Este año La Habana figura entre los cuatro sitios que en el área
de México y Centroamérica, perteneciente a la región
latinoamericana, acogerán el encuentro. El archipiélago recibirá a
los equipos provenientes del Caribe y se convertirá así en el primer
país de esta zona que será sede de un concurso regional del llamado,
por sus siglas en inglés, ACM-ICPC.
De acuerdo con Dovier Antonio Ripoll, director de la sede de
Cuba, IBM resulta el patrocinador primario de todos los concursos
regionales y el único de la final mundial. "Recientemente, recibimos
un mensaje donde dice que Cuba es una nación embargada y que en
estos momentos ellos no pueden apoyar desde el punto de vista
monetario la organización del evento", añade.
Sin embargo, el hecho no ha sido un obstáculo. "Todo se ha
organizado bien", afirma Ripoll. Concluido el periodo de
inscripción, en la sede de Cuba concursarán 34 equipos de 14
universidades. Los conjuntos, conformados por tres estudiantes y un
profesor, disputarán los cupos para la Final Mundial de China 2010
contra las demás sedes, ubicadas en México.
Según Ripoll, muy pocos competidores de universidades cubanas han
tenido la magnífica oportunidad de participar en esos concursos
regionales.
En gran medida —indica—, se debe a lo altamente costoso que
resulta enviar equipos a otros países. El certamen en La Habana
propiciará la consolidación de esos concursos en un área tan
desatendida y con pobre participación como la caribeña. Según Ripoll,
además, provee prestigio, reconocimiento y visibilidad mundial para
las instituciones y la Educación Superior cubanas.