Nuestra juventud puede influir más en la Salud Pública

Leticia Martínez Hernández

Foto: Ricardo López HeviaDe los más de 500 000 trabajadores de Salud Pública, 124 246 son jóvenes menores de 30 años, y de ellos más de 76 000 integran las filas de la UJC. Si esta valiosa fuerza combate constantemente lo mal hecho, y contribuye a resolver los problemas y multiplicar los resultados en cada centro médico, los servicios de Salud pueden ganar en calidad y eficiencia.

Así lo reconocieron los militantes reunidos en el X Pleno del Comité Nacional de la UJC, donde el tema central fue la responsabilidad de la organización con los servicios asistenciales. Julio Martínez dijo que por la importancia del sector se ha potenciado el crecimiento de la organización, el cual no ha estado en correspondencia con la combatividad de nuestros jóvenes. En ellos está rescatar la calidad de los servicios que en algunos lugares se ha perdido.

Martínez agregó que los comités de base tienen que jugar un papel más activo, y el contenido de sus reuniones debe ser la discusión de los problemas del centro, no sentarse a esperar las orientaciones del organismo superior. Para eso hacen falta militantes que quieran combatir, sostuvo.

Varios delegados coincidieron en advertir la necesidad de prestar una mejor atención a los pacientes, teniendo en cuenta siempre la racionalidad de los recursos. Se trata de cambiar la mentalidad de despilfarro, e indicar solo los análisis y medicamentos necesarios. De ahí la importancia de una mayor cultura económica, de saber cuánto cuesta cada tratamiento.

Igualmente, abogaron por enfrentar lo mal hecho, denunciar el maltrato, el cobro de los servicios y el daño a la propiedad social.

Al respecto, Machado Ventura concordó con estos últimos planteamientos y dijo que estamos sobregastando recursos en los hospitales. No hay país del mundo ni sistema de salud, que aguante tal derroche. Si queremos mantener la Salud Pública hemos de acostumbrarnos a trabajar con racionalidad, y no de forma coyuntural; el ahorro tiene que convertirse en un método de trabajo.

Comentó que todavía hay mucha tolerancia, el enfrentamiento a tales actitudes es aún insuficiente y la juventud cubana tiene que desempeñar un papel más activo por evitar la chapucería. Somos un país pobre y debemos de suplir las carencias con nuestros propios esfuerzos.

Hemos de pensar que los pacientes son personas con problemas y nos corresponde tratarlos bien, tanto dentro como fuera del país, subrayó el Primer Vicepresidente.

Para José Ramón Balaguer, miembro del Buró Político y ministro de Salud Pública, en los trabajadores del sector debe primar el elemento humano. El paciente tiene que estar por encima de todo, lo primero es salvar su vida; eso nos diferencia de otros países. Y en todo ello nuestra juventud puede ser más influyente.

En el Pleno también estuvo presente José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros.

 

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