TEGUCIGALPA, 15 de octubre (PL) — Luego de cuatro meses del golpe
de estado contra el presidente legítimo, Manuel Zelaya, la crisis
política empeora la resentida situación económica de Honduras por el
declive del turismo y las ventas.
Opiniones populares dan cuenta de que todo ha encarecido, pues si
antes era duro ahora se puede comprar menos, al tiempo que los
turistas evitan las playas, las ruinas mayas y las selvas y los
compradores se mantienen alejados de las tiendas.
De acuerdo con observadores económicos, después del golpe de
Estado contra Zelaya decrecieron la producción y las exportaciones,
mientras se reporta un aumento del hambre en el país, uno de los más
pobres de América Latina.
Honduras, que ya mostraba una difícil situación económica antes
del golpe del 28 de junio, la recesión global redujo la demanda para
exportaciones y las remesas, de las que dependen muchas familias.
Adicionalmente el caos político y el aislamiento internacional al
gobierno de facto ha empeorado mucho más las condiciones y el
desempeño económico de ese Estado centroamericano.
Países de todo el mundo exigen el retorno de Zelaya y muchos han
suspendido su ayuda para aislar a la administración golpista de
Roberto Micheletti.
Estados Unidos interrumpió unos 40 millones de dólares en
asistencia no humanitaria, mientras que el Fondo Monetario
Internacional canceló el acceso a sus préstamos.
Tales medidas tienen un gran impacto social, en un país donde más
del 70 por ciento de la población de aproximadamente 7,7 millones es
considerada pobre y más de 1,5 millones de personas sobreviven
ganando un dólar al día o menos.
La economía hondureña prevé cerrar 2009 con una contracción que
no se registraba desde 1999, menos de un uno por ciento, por los
efectos de la crisis financiera mundial y la situación política
interna, lo que explicaría el decrecimiento del PIB.
La actividad productiva del país, medida a través del índice
Mensual de Actividad Económica, registró una contracción del 3,2 en
septiembre de este año.