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Recultivación minera
Que reine el bosque en Pinares de Mayarí
FROILÁN PARRA SUÁREZ
Retornar la exuberante vegetación, el trino de las aves y el
canto alegre de los ríos que descienden las montañas, es obligación
contraída con la naturaleza en las antiguas minas de la industria
niquelífera, ubicadas en la zona de Pinares de Mayarí.
Reforestar
luego de la minería permite el retorno de la vegetación, y eliminar
las consecuencias del daño al Medio Ambiente en la región de Pinares
de Mayarí
Fue por esta región que, precisamente, iniciaron las labores de
minería a cielo abierto, cuando, en 1943, la Snear Corporation,
de Estados Unidos, terminó la planta procesadora de níquel más
cobalto en Nicaro (o Lengua de Pájaro) e inició la explotación, sin
un programa para la rehabilitación de los suelos.
"A los norteamericanos no les preocupaba en lo absoluto la
protección a los suelos, o la reforestación posterior. Sólo les
interesaba la extracción del mineral y la producción de níquel",
precisa el ingeniero Francisco Serrano Coello, jefe técnico de la
Unidad Empresarial de Base de Minas, de Pinares de Mayarí.
Es así que del hermoso paisaje, pronto quedarían rocas desnudas y
cráteres que recordaban un paisaje lunar. La minería a cielo abierto
es muy agresiva, implica desbrozar los bosques y la capa vegetal de
los suelos, para llegar al mineral.
Devolver el verdor arrebatado por la minería, ocupa de conjunto a
la empresa del niquelífera René Ramos Latour; las direcciones del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y la Forestal en
la región.
Mantener
el idílico paisaje en las montañas es el empeño que aúne a las
empresas del níquel y las direcciones del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente y la Forestal en la región
Hasta la fecha, se han restaurado unas 2 918 hectáreas (ha), de
las más de 4 000 afectadas durante más de seis décadas de
explotación minera, que incluye los antiguos yacimientos de Ocujal y
Solíbano, así como las minas Martí y Pinares, explica Serrano
Coello.
Las tareas de reforestación comprenden cuatro etapas – precisa –,
primeramente la preparación técnica del terreno, que abarca la
construcción de terrazas en los lugares que es preciso; la
plantación con las especies indicadas para cada región,
principalmente pinus cubensis y casuarina, gracias a su poder de
adaptación en suelos empobrecidos y ácidos .
Igualmente, se acomete la corrección de cárcavas abiertas en la
montaña. Finalmente, se realizan las tareas de mantenimiento,
detalla.
Anualmente, subraya Serrano, se desmontan cerca de 40 ha de
bosques en la región, para la extracción de mineral laterítico. Sin
embargo, el avance de la recultivación avanza casi el triple de esa
superficie, en igual período, señal inequívoca de la recuperación
del atraso acumulado durante años en esta tarea.
Paralelamente se desarrolla en la zona un amplio movimiento para
la protección del Medio Ambiente, que incluye la participación de la
comunidad residente en este territorio, así como de los pioneros,
agrupados en círculos de interés sobre el tema medioambiental.
Fotos:
Naturaleza 1:
Naturaleza 3: |