LAS TUNAS.— A más de tres lustros de su inicio, el programa
nacional concebido para la producción de plantas medicinales sigue
siendo vital en la venta directa de variedades muy demandadas por la
población, y para su procesamiento con fines farmacéuticos.
Unas 300 toneladas de masa vegetal seca asegura al año la
agricultura de acuerdo con solicitudes del Ministerio de Salud
Pública que para el 2015 podrían elevarse a unas 420 toneladas,
según explicó la ingeniera Martha Peña de la Rosa, directora del
programa.
Hoy funcionan en el país 124 fincas, cuya proyección de siembra
se torna muy importante, como soporte para disponer de los volúmenes
que demande la red de laboratorios del sistema de salud.
La realidad confirma que, aun cuando este programa tomó fuerza en
medio de la creciente escasez de medicamentos al inicio del Periodo
Especial, siguen teniendo amplio uso cerca de un centenar de
variedades de plantas con reconocidas propiedades curativas, el
grueso de las cuales sirven de base para la elaboración de tinturas,
jarabes, lociones y otros productos.
En muchos de esos temas profundizó el intercambio que tuvieron en
Las Tunas especialistas de varias provincias para impulsar un
proyecto de apoyo al programa nacional de plantas medicinales en la
región oriental, en cuyo respaldo financiero interviene la
solidaridad del país Vasco.