Ganas de bromear

El 5 de diciembre de 1956 son sorprendidos en Alegría de Pío. Bajo la espesa balacera del enemigo, el expedicionario Reinaldo Benítez ve a Camilo acercársele arma en mano. Está sereno, ligeramente inclinado para evadir las balas que buscan registrar en el aire la presencia del hombre. En tono algo jocoso, le comenta:

—Reinaldo, ¿crees que si disparamos al aire se asusten los guardias?

Benítez, con la tensión del enfrentamiento responde que no, que hay que tirar sobre el objetivo y fue entonces que vio el fugaz destello del humor. Los tiros cruzaban en todas direcciones y aquel hombre todavía tenía ganas de bromear.

Narrado por Reinaldo Benítez

 

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