.— Honduras vive
expectante hoy a los resultados del diálogo entre representantes del
derrocado presidente Manuel Zelaya y el gobierno de facto, cuando se
discute el tema clave de la restitución del estadista.
Las conversaciones continuarán este martes después de tres días
de consultas por separado de las partes, sobre las cuales los
delegados han mantenido reserva, a la espera de volver a estar
frente a frente.
Al concluir la sesión del viernes último, los negociadores
coincidieron en asegurar avances importantes, al punto de
cuantificarlos en 60 por ciento de la agenda a tratar.
Sin embargo, el tema clave de las pláticas, el sexto en una
relación de 12 puntos propuestos por el presidente de Costa Rica,
Oscar Arias, en el llamado Acuerdo de San José, es la restitución de
Zelaya, que corresponde a este martes.
Los tres representantes del presidente de facto, Roberto
Micheletti, en sus pocas apariciones públicas desde el viernes
insistieron en el progreso de las negociaciones, pero han eludido
referirse al retorno de Zelaya al cargo.
Del otro lado, el coordinador general del Frente Nacional contra
el golpe de Estado, Juan Barahona, comentó a las bases del
movimiento ver poca voluntad de los golpistas para entregar el
poder. Ojalá estemos equivocados, porque todos queremos que el
conflicto se resuelva y eso sólo se logrará con la restitución del
presidente Zelaya, aseguró a Prensa Latina.
Agregó que ese es el punto que definirá el destino del diálogo,
su éxito o fracaso, y el futuro de toda la nación.
La dirección nacional del Frente analizó la coyuntura este fin de
semana y sus conclusiones apuntan a una negativa del régimen de
facto a la restitución del orden constitucional.
La dictadura no tiene voluntad de ceder el poder, aseguró el
dirigente campesino Rafael Alegría.
Tanto Barahona como Alegría sostienen que el fracaso del diálogo
conducirá al agravamiento de la crisis, un mayor aislamiento
internacional del país y el desconocimiento de las elecciones
generales del 29 de noviembre próximo.
Las pláticas comenzaron el día 7 con la asistencia de una misión
de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), en un
segundo intento desde un viaje anterior a fines de agosto.