.— La Organización de
Estados Americanos (OEA) afirmó hoy aquí abrigar la esperanza de que
el diálogo iniciado en Honduras conduzca a la recuperación del orden
democrático en el país.
La posición del organismo hemisférico fue expresada en un
comunicado al término de una visita de dos días de una misión de
cancilleres y otros representantes de países de la OEA para
propiciar una solución a la crisis política.
La misión de la OEA está convencida que el diálogo iniciado con
la participación directa de las partes puede conducir a la
superación de la crisis política en que se encuentra envuelta el
país a raíz de los sucesos del 28 de junio pasado, asegura el texto.
En el documento, leído por el canciller de Costa Rica, Hugo
Stagno, se asegura abrigar la esperanza de que los integrantes de la
mesa de diálogo asumirán plenamente la responsabilidad que les ha
sido encomendada.
Y que agrega- su labor permitirá abrir el camino que podría
llevar a Honduras a la recuperación del orden democrático y a su
reintegración a la comunidad internacional, que es el deseo
compartido por todos.
La mesa de conversaciones fue instalada ayer con la participación
de tres representantes de las partes, el presidente constitucional,
Manuel Zelaya, y el gobierno de facto, ante la presencia de los
delegados de la OEA.
La OEA señala que para que el diálogo se realice en condiciones
apropiadas, son necesarias tres condiciones, la primera de ellas el
restablecimiento y permanencia de todas las garantías
constitucionales.
Los dos aspectos señalados son la restitución de todos los medios
de prensa cuyo funcionamiento hubiera sido interrumpido; y que se
permita el normal acceso y consulta del Presidente Zelaya con sus
representantes en la Mesa de diálogo.
La misión solicitó, igualmente, que se resuelva el problema de la
embajada de Brasil y que se le garantice al Presidente Zelaya
condiciones de vida y de trabajo acordes con su alta dignidad,
afirma el comunicado.
Tras la lectura del documento, los cancilleres se alejaron del
salón donde se encontraba la prensa sin hacer declaraciones,
mientras un grueso cordón de policías impidió a los reporteros
acercarse a los ministros.
Minutos después, los integrantes de la misión partieron hacia el
aeropuerto en medio de medidas extremas de seguridad.