"Gracias Cuba. Hasta siempre por la carretera... Siempre volveré". Así se despidió Manu Chao hace tres años de la enardecida multitud que se congregó para escucharlo en la Tribuna Antiimperialista José Martí. Ahora la "carretera" volvió a traer a Cuba a este artista todoterreno nacido en París y residente en Barcelona. Esta vez Manu hizo un alto en su gira mundial para permitirse el placer de "escaparse" a la Isla, donde participará en dos conciertos en homenaje al Che Guevara, organizados por la Asociación Hermanos Saíz: mañana a las 9:00 p.m., en la escalinata de la Universidad de La Habana y el lunes 12 a la misma hora en el estadio Augusto César Sandino en Santa Clara.

En Cuba, casi al amanecer, Manu echa mano a la guitarra.

Al aterrizar en medio de la madrugada de ayer en el Aeropuerto Internacional José Martí, acompañado del dibujante franco polaco Jacek Wozniak y del guitarrista de su banda Radio Bemba Sound System, Mayip, el ex líder de la formación Mano Negra, en declaraciones exclusivas a Granma, expresó: "Regresar a Cuba siempre es un gusto. También es una gran oportunidad tocar aquí en dos conciertos dedicados al Che Guevara. Para nosotros es muy importante aprovechar cada ocasión que nos permita viajar a este país. Tengo muchas giras con la Radio Bemba, pero me invitaron y no lo pensé dos veces".

Al referirse a la trascendencia histórica del pensamiento del Che Guevara, dijo que "su figura no solo tiene gran significado en mi carrera, sino también en la de muchos otros. El Che, sin ninguna duda, fue y sigue siendo un personaje emblemático de la izquierda mundial".

Manu, que acaba de publicar un nuevo disco bajo el nombre Baionarena, habló con preocupación de los efectos de la crisis mundial, una realidad que le ha tocado vivir muy de cerca: "El problema es que hoy día la situación a nivel global va cada vez peor. Mucha gente se ha quedado sin trabajo en Europa. El conflicto de la inmigración está pegando muy fuerte, hay muchas personas sin papeles en el continente europeo y son muy maltratadas.

"La crisis ha pegado sobre todo en el monedero de la gente. Lo veo a nivel de mi barrio en Barcelona. Allí los chavales no tienen trabajo, o trabajan y no les pagan. La crisis también ha impactado en la música, porque va menos público a los conciertos debido a la falta de dinero. Por eso nosotros tratamos de hacer espectáculos lo más barato y económico posibles", señaló.

Manu se anima cuando habla de la filosofía que lo guía como artista y de los desafíos de su existencia diaria. "Cuando me levanto, mi principal reto es asumir la vida con honestidad, hacer el balance cada noche para seguir estando en la línea de la coherencia y la sinceridad".