NUEVA ORLEANS.— Los fabricantes de balas trabajan a destajo, siete
días a la semana, y no se dan abasto para satisfacer la demanda de
municiones del pueblo estadounidense.
Los polígonos de tiro, los comerciantes de armas y los
fabricantes de balas dicen que nunca han visto una escasez
semejante. Las balas, especialmente para pistolas, escasean desde
hace meses porque los entusiastas de las armas están
aprovisionándose de municiones, reporta AP.
Eso se debe en parte al temor a que el presidente Barack Obama y
el Congreso dominado por los demócratas aprueben una legislación
contra las armas, aunque no se ha propuesto nada específico y el mes
pasado el presidente firmó una ley que permite portar armas cargadas
en los parques nacionales.
Las ventas de armas aumentaron cuando quedó claro que Obama sería
elegido presidente hace un año, y siguieron subiendo durante sus
primeros meses en el cargo. El Sistema Nacional de Inspecciones de
Antecedentes Penales del FBI reportó que 6,1 millones de
inspecciones para solicitudes de ventas de armas se emitieron entre
enero y mayo, un aumento del 25,6% respecto del mismo período un año
antes.
"Eso va a causar un aumento en las ventas de municiones'',
comentó Larry Keane, vicepresidente ejecutivo de la Fundación
Nacional de Deportes de Tiro, una asociación que representa unos 5
000 miembros. "Sin balas, una pistola no es más que un
pisapapeles''.
La escasez para deportistas difiere de la falta de municiones
para algunas fuerzas policiales registrada este año, causada por un
aumento en el consumo de municiones utilizadas por los militares en
Irak y Afganistán.
"Estamos trabajando extra y ni siquiera así podemos satisfacer la
demanda'', dijo Al Russo, vocero de la Remington Arms Company, con
sede en Carolina del Norte, que fabrica balas para fusiles, pistolas
y escopetas. "Hemos tenido que agregar un cuarto turno y trabajar 24
horas al día y siete días por semana. Es un fenómeno que no había
visto antes en mis 30 años en el negocio''.
Los estadounidenses compran habitualmente unos 7 000 millones de
balas y cartuchos por año, según la Asociación Nacional de
Portadores de Armas. El año pasado la cifra subió a unos 9 000
millones, dijo la portavoz de la asociación, Vickie Cieplak.