BUENOS AIRES, 23 de septiembre.—El Comité de Examen de la
Aplicación (CEAC) de la Convención de la ONU de Lucha contra la
Desertificación (CNULCD) inició hoy sus labores como tercer
componente de la IX Conferencia de las Partes (CdP.9).
Tras aprobarse por los participantes el programa y la
organización de los trabajos, que se extenderán por cinco días, los
delegados de 193 países se enfrascaron en el examen de la aplicación
del marco y plan estratégico decenal para mejorar la aplicación de
la Convención.
Ello comprende el Informe del CEAC sobre su reunión anterior,
Planes de trabajo de las instituciones y los órganos subsidiarios de
la Convención, e Informe del presidente del Comité de Ciencia y
Tecnología (CCT) sobre el examen del proyecto de plan de trabajo
multianual (cuatrienal) de ese órgano.
Otro de los temas para la jornada de hoy es el Examen de la
información disponible sobre la financiación de la aplicación de la
Convención por organismos e instituciones multilaterales, incluida
la información sobre las actividades del Fondo para el Medio
Ambiente Mundial.
En tanto, entró en su fase final la Primera Conferencia
Científica de la CNULCD, que desde ayer estudia asuntos puntuales
sobre tierras áridas para preparar sus conclusiones y pasarlas al
CCT y al Comité del Plenario, los cuales sesionan simultáneamente.
En ese plenario continúan las deliberaciones en torno al informe
sobre el seguimiento de las recomendaciones anteriores de la
Dependencia Común de Inspección (DCI), único órgano de supervisión y
control externo e independiente con competencia sobre todo el
sistema de la ONU.
El inspector Even Fontaine (Cuba) hizo la presentación del
reporte- un estudio sobre el Mecanismo Mundial (MM) y su desempeño
desde la CdP.8- en la cual subrayó que asuntos medulares
identificados anteriormente siguen obstruyendo la efectividad de la
implementación de la Convención.
En particular señaló que la fortaleza potencial de la CNULCD se
erosiona debido a la ausencia de una cooperación efectiva entre el
MM y la Secretaría Permanente.
En un momento en que la coherencia del conjunto —opinó— es la
meta clave del Sistema de las Naciones Unidas, el hecho de que dos
órganos de la misma convención rivalizan en lugar de coordinar y
colaborar para alcanzar su mandato común, a saber, la exitosa
implementación de la CNULCD, es, como mínimo, un asunto de seria
preocupación.