Alejandro Gómez
BRASILIA, 23 de septiembre.—La situación en Honduras, en
particular el refugio del presidente de esa nación centroamericana,
José Manuel Zelaya, en la embajada brasileña en Tegucigalpa acapara
hoy los titulares de la prensa en este país suramericano.
Los grandes medios informativos tratan de aprovechar el hecho
para atacar al gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva e
intentan presentar ese suceso fortuito para Brasil como premeditado
por el gobierno, algo negado por las dos partes. Otra prensa exalta
y defiende la postura oficial.
Lo cierto es que Zelaya afirmó al diario Folha de Sao Paulo que
no combinó con las autoridades brasileñas su regreso a Honduras este
lunes y su ida para la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Brasil no sabía de mis planes, insistió el mandatario hondureño y
añadió que tomó la decisión de ir directo a la embajada por una
cuestión de estrategia, una posición de reserva, para que el plan no
corriese riesgos.
Manifestó que la decisión por la embajada brasileña estuvo
motivada por causa de la vocación democrática de esta nación
suramericana y su peso en el concierto internacional.
Por su parte, el ministro consejero de Brasil en Honduras,
Francisco Catunda Resende, confirmó que la llegada de Zelaya y otros
hondureños a la sede diplomática lo tomó por sorpresa y agregó que
el primer contacto fue realizado por la diputada Gloria Oqueli,
presidenta del Parlamento Centroamericano.
Único diplomático brasileño en Honduras después que el gobierno
decidió retirar a su embajador en rechazo al golpe de Estado del 28
de junio pasado que sacó a Zelaya del poder y el país, Catunda
Resende precisó que Oqueli le expresó que la esposa del presidente
hondureño, Xiomara de Zelaya, tenía un asunto urgente que tratar.
Desde Nueva York, donde se encuentra para asistir hoy a la sesión
de apertura del período 64 de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, el jefe de Estado brasileño pidió a Zelaya no dar pretexto
alguno para que los golpistas practiquen actos de violencia contra
la embajada.
Tras reiterar el apoyo de Brasil a Zelaya, Lula indicó que
gustaría que los golpistas se sentaran a negociar. El mandatario
subrayó que "un golpista no puede considerarse en el derecho de ser
presidente sin disputar elecciones", de acuerdo con el noticiero de
la GloboNews.
Anoche, Brasil pidió una reunión extraordinaria del Consejo de
Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para discutir
la inmunidad de su embajada en Tegucigalpa y la del presidente
constitucional de Honduras.
De acuerdo con reportes periodísticos procedentes de Nueva York,
donde se encuentra también el canciller Celso Amorim, Brasil envió
la solicitud a Estados Unidos, que ocupa la presidencia rotativa de
esa entidad de la ONU.
Las fuentes indican que ya Washington encaminó la carta brasileña
al resto de los miembros del Consejo de Seguridad.