.— Pesar y solidaridad
convergieron hoy en las expresiones dejadas por los guatemaltecos en
la embajada de Cuba aquí ante el deceso del vicepresidente cubano
Juan Almeida.
Temprano fue abierto un libro de condolencias en esa sede
diplomática y el primero en firmarlo fue un subsecretario
gubernamental, Mario Martínez, quien dejó plasmado el sentimiento al
pueblo cubano y a los familiares del Comandante de la Revolución.
Como para cumplir un deber insoslayable por la hermandad entre
ambos países, a continuación lo hizo el embajador de Nicaragua en
Guatemala, Silvio Mora, quien prefirió recordar al Héroe de la
República por bailarle y cantarle al amor y la vida.
A medida que avanzaba la mañana la edificación iba acogiendo a
más y más personas deseosas de manifestar su sentir, siempre
recibidos por el jefe de la misión diplomática, Omar Morales, y
otros miembros de ésta.
El encargado de negocios de Panamá, Edwin Pinzón, afirmó que su
país se une a Cuba en este momento de tristeza y dolor, en tanto la
brigada médica de la isla cooperante en esta nación señaló que
siempre respetará sus ideas y continuará su obra.
Manuel Gálvez, director de Política Exterior Bilateral, acudió en
nombre de la cancillería para calificar a Almeida de gran
revolucionario, ejemplo de honorabilidad.
En tanto, el otrora comandante de la guerrilla guatemalteca César
Montes llamó al fallecido vicepresidente hombre sencillo,
inquebrantable, ejemplo de negritud, quien mantuvo hasta sus últimos
días la lealtad a la Revolución.
Seguir su ejemplo será el homenaje permanente, escribió Silvia
Solórzano, de la Comisión de Solidaridad con los Pueblos de la ex
insurgente y ahora partido Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca.
Similares expresiones de respeto por el combatiente de mil
batallas dejaron en el libro representantes de la Coordinadora de
Solidaridad, la prensa progresista y las misiones cubanas
acreditadas.
En lo individual lo hicieron también figuras históricas de la
izquierda nacional y cubanos residentes en este país.