Del legado de Almeida

JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu

Dos generales de brigada que lucharon en el Tercer Frente contra la tiranía batistiana bajo las órdenes de Juan Almeida, Harold Ferrer Martínez y Gustavo Chiú Beltrán, y un representante de la nueva generación, Brian Manuel González Parra, estudiante de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos de Capdevila, en Ciudad de La Habana, luego de rendirle tributo en el Memorial José Martí en La Habana, ofrecieron su visión del querido Comandante de la Revolución.

PIE DE FOTO: Fotos Juvenal BalánHarold Ferrer Martínez

Para Ferrer, Almeida, surgido de los estratos más humildes de la sociedad, es un hombre excepcional, extraordinario, unido indeclinablemente a Fidel desde los primeros momentos de la lucha revolucionaria y uno de los actores principales en el desarrollo de importantísimas acciones que fueron decisivas para el triunfo del Ejército Rebelde.

Considera también que, además de ser una figura legendaria en los combates por nuestra independencia, en su actuar diario mostraba una gran sencillez, y siempre exigente y disciplinado como jefe y también como subordinado.

Gustavo Chiú Beltrán

Intelectual de hondas raíces, Almeida nos lega una importante obra musical y literaria, pero más que como un intelectual, "lo recordaré, sobre todo, por una de sus mayores virtudes: su lealtad al pueblo, a la Revolución, a Fidel y a Raúl".

Chiú, actual jefe de la Secretaría de Finanzas y Aseguramiento de la Asociación de Combatientes, que presidió Almeida desde su fundación en diciembre de 1991, siente que hemos perdido físicamente a un jefe exigente, pero revestido de una gran sensibilidad y humanismo, que comprendía y reconocía sus errores, "y no tenía a menos incluso extender una satisfacción a un subordinado".

Brian Manuel González Parra

Un representante de nuestros más jóvenes combatientes, el camilito Brian Manuel, que rindió también guardia de honor al héroe de la Revolución, dice sentirse heredero de las mejores tradiciones patrias, con un arraigado sentido de pertenencia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, a sus valores éticos y morales, y que, con sus 17 años, para calificar a Almeida no tendría otras palabras más sencillas y hermosas que las expresadas por Fidel: fue uno de los mejores capitanes, el compañero leal, el compañero amable, el compañero que compartía contigo, el compañero que contigo y por ti estaba dispuesto a dar su vida.

 

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