FRANK PAÍS, Holguín.— Hijo y nieto de campesinos, Tomás Hernández Perdomo siempre soñó con tener su propia finca. De pie, en una pequeña elevación donde levantó el bohío y los corrales de los animales, contempla la tierra que ya empieza a darle los primeros frutos.

— Esto estaba lleno de marabú, son cuatro hectáreas (ha) dedicadas a cultivos varios, aunque también tengo 80 pollos criollos, 54 cabezas de ovejos (ganado ovino – caprino) y doy los primeros pasos en la cría de cerdos.

Tomás es uno de los más de 400 usufructuarios del municipio Frank País, beneficiados con el decreto número 259, quienes transforman tierras, hasta hace poco tiempo ociosas, en productivos labrantíos.

Ubicado a unos 150 kilómetros al noreste de la ciudad de Holguín, Cayo Mambí, como también se conoce a esta comarca, (uno de los cinco municipios localizados en la región montañosa de la provincia) avanza a paso de gigantes en el empeño de producir más alimentos, y sustituir así costosas importaciones.

Sacarle a la tierra todo el provecho que se pueda es el empeño que mueve diariamente a estos hombres y mujeres, que no creen en el fuerte sol que, al decir popular, "raja las piedras", para hacer de este territorio el primero de la provincia en autoabastecerse y entregar 30 libras per cápita de viandas, granos, hortalizas y frutas.

Los pobladores del territorio, acostumbrados a encontrar en las placitas más de cuatro variedades de viandas en cualquier momento, no ven en este hecho nada sobresaliente, sólo el fruto de "sudar la camisa" día a día en el surco.

La perseverancia de los campesinos y ganaderos cayomambiseros materializó la entrega de más de 165 000 litros de leche, que les permitió declarar las bodegas libres de leche en polvo.

— Sólo restan tres de estas unidades en zonas intrincadas del Plan Turquino, que ya están en vías de solución, afirma Esmildo Cruz Riverón, secretario del PCC en este municipio.

En la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Mártires del Corinthia, en el consejo popular El Quemado, además del programa forestal –al que dedican 2017 hectáreas–, y los cultivos varios; los 47 trabajadores de este colectivo diversifican la siembra de frutales (aspiran a llegar hasta las 30 variedades) y muestran con orgullo la finca poblada con plantas de guayaba, guanábana, piña, fruta bomba, naranja, zapote.

Aracelis Lobaina Pérez, administradora, explica que los ingresos ascienden a 457 000 pesos, en tanto el costo por peso es de 66 centavos.

Por su parte, en la UBPC 28 de Enero, enclavada en el consejo popular de Guajenal, de casi 110 hectáreas destinadas a los cultivos varios, una decena está dedicada al plátano vianda con el método extradenso, sembrado de manera escalonada, lo que les permite cosechar la vianda todos los meses, a la vez que disminuyen las pérdidas en caso de eventos meteorológicos.

Los 61 trabajadores de esta unidad redondean los 185 000 pesos de ganancia y nunca han tenido pérdidas, significa Adolfo Hernández, administrador de la UBPC.

Incursionan también en el arroz de secano, que proyectan incrementar hasta unas 53 hectáreas en los próximos dos meses.

"Contamos, además, con crías de cerdos, ovejos y aves y estamos extendiendo el cultivo de frutas a 11 variedades. Este año superamos las 13 toneladas de guayaba", expresa Adolfo Hernández.

Por su parte, los trabajadores de la UBPC número 2 de Río Grande, en el consejo popular de Collazo, con una extensión de 90 hectáreas destinadas a granos, hortalizas, viandas y frutas, dan los toques finales a un organopónico semiprotegido, que les permitirá multiplicar los rendimientos en las hortalizas.

La estrategia denominada por ellos "la escalera de la yuca", les permite obtener elevados rendimientos y mantener la cosecha de la codiciada vianda durante todo el año.

"Sembramos de 10 a 12 hectáreas mensuales – explica Jorge Rodríguez Calderín, administrador – y en las últimas cuatro hectáreas cosechadas, se promediaron unas 23 toneladas del tubérculo".