Pero los problemas que puede representar una expansión de la también llamada influenza A (o gripe porcina) son de consecuencias impredecibles y deberá seguirse con mucha atención la llegada de la temporada otoñal, admitió la fuente.

Los debates en Francia se incrementan por día, sobre todo en relación con el eventual cierre de guarderías y escuelas, centros de trabajo y hasta lugares sensibles de prestación de servicios al público.

Entre los mayores temores aparece el capítulo mediático. La prensa tiene que ayudarnos a enfrentar esta batalla, aunque debe hacerlo con la mesura y objetividad que adelantamos en tal sentido, apostilló Bachelot.

En la emblemática Torre Eiffel un trabajador fue contaminado con la gripe y por tal razón los directivos de su administración suministraron máscaras y otros aditamentos para neutralizar el fenómeno por las visitas a la mole de hierro.

El asunto supone muchos aspectos más, que tocan igualmente a sitios de alta concurrencia de público, como los museos y teatros, así como el comportamiento habitual de las personas en los saludos.

Los cuatro besos de los parisinos a la antigua y los dos más comunes actualmente para saludos y despedidas, entran en tela de juicio.

Sin embargo, otras fuentes médicas más optimistas subrayaron que Francia no puede sucumbir en la paranoia. Se iniciará la campaña de vacunación (gratuita) en octubre, dando prioridad a grupos de riesgo, y se dan pasos de corte profiláctico.

Un verano indien en Francia (que significa de altibajos en sus temperaturas) favoreció por el momento que la extensión de la gripe no fuese dramática. Puede ser signo también del arribo de un otoño muy frío, otro buen escenario contra la influenza.