Transcurrido un año del demoledor paso del huracán Gustav, los habitantes de la provincia de Pinar del Río intensifican las labores de restauración del fondo habitacional, dañado severamente por el meteoro.

El organismo tropical cruzó por esta zona del país el 30 de septiembre de 2008 con ráfagas de viento de hasta 340 kilómetros por hora, consideradas récord mundial.

Nueve días después, las intensas lluvias que acompañaron a Ike profundizaron los estragos causados por su predecesor.

Solo en esta provincia, unos 97 mil hogares sufrieron perjuicios por los embates de ambos fenómenos atmosféricos, el 40 por ciento de ellos recuperado ya, confirmó a Prensa Latina el Director Provincial de la Vivienda, Pablo Véliz.

En la demarcación, agregó, se aplican diversas modalidades constructivas para resarcir los daños de los últimos ciclones y otros que azotaron a la región en etapas precedentes.

La tecnología Trimax, la cual emplea techos de poli espuma revestidos con malla metálica y hormigón, es una de las iniciativas extendidas en la totalidad de los municipios pinareños, aseveró.

Comentó que esa técnica de rápida ejecución, provee a los inmuebles de cubiertas más resistentes a las inclemencias del tiempo. Otra de las variantes utilizadas para reconstruir con rapidez los hogares es el aprovechamiento de los árboles derribados por el vendaval.

En las comunidades rurales se extrae madera de las palmas para edificar las casas, con la novedad de que ahora se incluye una habitación de mampostería, capaz de soportar los azotes de los huracanes.

Nombrado Mambí, como los independentistas cubanos, el proyecto benefició hasta la fecha a 879 familias campesinas, precisó Véliz.

Esa iniciativa aspira al Premio Mundial de Hábitat, que otorga cada año la Organización de Naciones Unidas.