El mes más alegre de mi familia

Pastor Batista Valdés

JOBABO, Las Tunas.— "Plantados" como fértil cepa en el mismo lugar donde vieron la luz hace 73 años (zona rural conocida como El aguacate), Sirza Palomino e Israel Rodríguez pudieran dirigir una carta a Granma, Trabajadores, Juventud Rebelde o a cualquier otro medio de prensa y expresar preocupaciones similares a las que remiten lectores de toda la nación, ante irregularidades con los viales, el transporte, la calidad del pan, ausencia de determinado servicio o falta de recreación¼

Sirza e Israel (al centro), en 1999, durante uno de los seis cumpleaños que la familia celebra en cada agosto.

Ninguna de esas, sin embargo, fue el motivo que animó a Manuasel, hija de ambos, para contactar con nuestro órgano.

"No es una queja ni una insatisfacción —dijo condensando en voz y rostro toda la sencillez de su campesino origen— es que mis hermanos y yo quisiéramos darles una sorpresa a nuestros padres quienes forman una pareja muy feliz, como miles en toda Cuba; ya suman 50 años de matrimonio (los mismos de la Revolución) y, curiosamente, seis de los siete hijos nacimos en agosto: el mes en que vino al mundo ese hombre que adoramos todos los cubanos: Fidel.

Cuenta Manuasel que días antes del último alumbramiento (único que no ocurrió en el octavo mes, sino en junio), Sirza hacía reír a vecinos y familiares al afirmar: "me niego a parir ahora, puedo alargar sin ningún problema el parto hasta agosto".

Así, alegre y ocurrente la recuerdan Eduardo, Claribel, Alberto, Osvaldo, Israelito, Manuasel y Marisel (sus hijos) desde aquellos lejanos días en que la impetuosa obrera ganaba el extremo opuesto del surco a la par de cualquier hombre, casi siempre improvisándole una décima al más insospechado acontecimiento, o cuando ella e Israel abrían al tope las puertas del hogar para que los niños y adultos entraran a ver "el único televisor que había en toda la zona".

Pero si algo admiran con orgullo los siete hijos, es la sensibilidad con que fueron educados y criados por sus padres, los valores que incorporaron de aquel par de campesinos y la felicidad que se refleja en el rostro de todos, siempre que la familia se reúne en pleno para celebrar cada 7, 12, 20, 24 (parto gemelar) y 28 de agosto el privilegio de haber venido al mundo "en el mes del Comandante en Jefe", la dicha de continuar unidos y la tranquilidad de vivir en este país, donde pueden faltar muchas cosas materiales, pero sobra lo que distingue y hace gigante al ser humano: su interior.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas | Especiales |

SubirSubir