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Una reunión internacional sobre desarme a celebrarse en México en
septiembre debe adoptar una declaración sobre la paz y el desarrollo
dirigida a los presidentes de los países que integran el Consejo de
Seguridad de la ONU.
La 62 Conferencia del departamento de Información Pública de las
Naciones Unidas y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) sesionará
en la capital mexicana del 9 al 11 de septiembre, con más de mil
delegados de 67 naciones.
El propósito de aprobar un documento dirigido a los jefes de
Estado fue anunciado aquí por María Luisa Chávez, jefa del
departamento de relaciones con las ONG de la ONU, en declaraciones a
Prensa Latina.
Queremos lograr una declaración sobre la paz y el desarrollo para
presentarla a la cumbre que sostendrán en Nueva York, el 24 de
septiembre, los mandatarios de los países miembros del Consejo de
Seguridad, indicó la funcionaria.
Ese órgano está integrado ahora por Estados Unidos, China, Gran
Bretaña, Francia y Rusia, como miembros permanentes, más Burkina
Faso, Costa Rica, Croacia, Libia, Vietnam, Austria, México, Japón,
Turquía y Uganda.
El cónclave será uno de los principales intercambios que
ocurrirán aquí de forma paralela a la 64 sesión ordinaria de la
Asamblea General de la ONU que comienza el 15 de septiembre.
Sobre el foro de las ONG en México, Chávez destacó que los
organizadores quieren lograr la participación de delegados de todo
el mundo, en especial de América Latina, debido a la importancia del
papel de la sociedad civil en los problemas del desarme en los
niveles internacional, regional, nacional y local.
El lema del encuentro será Para la paz y el desarrollo: Desarme
ahora y será el segundo de su tipo que sesiona fuera de Nueva York
(sede de la ONU), después del celebrado en París el año pasado.
La agenda contiene mesas redondas, debates interactivos, talleres
y otras modalidades de intercambio para discutir cómo las ONG pueden
contribuir a la reducción de armas y al avance hacia la paz.
Expertos de la ONU explicaron que una novedad de la reunión de
México radica en el nuevo ángulo adquirido por la cuestión del
desarme, al vincularlo con la necesidad de contar con recursos
financieros para enfrentar la crisis mundial en materia económica y
de alimentos.