Este viernes debíamos regresar a nueva instancia de Lecturas
frente al mar, en el borde de esta ciudad de las columnas medida,
olfateada, degustada y cantada por Alejo Carpentier, en lo que sería
la reafirmación de un compromiso: la voluntad de los artistas
plásticos de acompañar la promoción de la literatura, incentivando
al mismo tiempo el gusto por una visualidad fértil y enriquecedora.
Un torrencial aguacero impidió que se consumara el acto, mas no
empañó un gesto que nos acompañará en lo adelante.
Kcho nuevamente ocupó su puesto en la avanzada. Pero el Kcho de
ahora no es el de un año atrás. Ni sus compañeros de ruta tampoco.
En estos últimos doce meses pasaron cosas que les cambiaron de algún
modo la vida. Poco después de aquellas iniciales Lecturas frente al
mar, el país sufrió el cruento embate de tres huracanes que
devastaron ciudades y campos, destruyeron casas y escuelas, y
arruinaron cosechas y bosques.
Uno de los lugares donde la furia de la naturaleza se tornó más
destructiva fue la Isla de la Juventud. Sin embargo resultó
estimulante para los damnificados saber que contaban, desde las
primeras horas, no solo con el apoyo material del Estado socialista,
sino con el apoyo espiritual —y también material, porque dedicaron
muchas horas a labores constructivas— de un grupo de artistas de
diversas disciplinas que, convocados por Kcho, pinero de pura cepa,
levantaron el ánimo con imágenes, humor, canciones y poemas. Surgía
así la Brigada Artística Martha Machado. El nombre es todo un
símbolo. La madre de nuestro creador dejó en la Isla de la Juventud
la huella de una actitud artística y ética ejemplar. Arte y ética
que encarnaron los integrantes de la brigada que muy pronto
multiplicaron su experiencia en otras zonas afectadas por los
huracanes, generando a su vez otro huracán imbatible, el de la
solidaridad revolucionaria.
Con tal evocación esperemos que circulen tres obras gráficas de
excelente factura. Un cartel que contiene una fotografía tomada por
Ernesto Rancaño, diseñado por Axel Rodríguez, recuerda justamente el
primer año de existencia de la Brigada Artística Martha Machado.
Rancaño, lo sabemos, es uno de los más aventajados artistas de
nuestra hora actual. Es celebrado por la dimensión poética que suele
imprimir a sus creaciones. Como fotógrafo no lo es menos. La
selección de la imagen condensa en pocos elementos una dinámica
visual de fuerte impacto y pronta comunicación.
Otros dos carteles, realizados en el Estudio Kcho, llevan la
impronta de la emblemática línea de nuestro consagrado y carismático
artista. Son carteles nacidos bajo el signo de la urgencia —el
ahorro como tema central— pero que sin embargo deben perdurar en el
tiempo por la permanencia de su mensaje: el ahorro es cultura. Kcho
recupera la desbordante sencillez de la gráfica cubana de los 60,
cuando el cartel se situó como uno de los símbolos del arte de la
época.