.— El proceso judicial en Honduras
contra 24 manifestantes antigolpistas continúa hoy como muestra del
uso arbitrario de la fuerza, denunciaron opositores al gobierno de
facto impuesto aquí hace casi dos meses.
Para el Frente Nacional contra el Golpe de Estado, los encartados
son prisioneros políticos y sobre ellos penden imputaciones sin
sustento legal.
El Ministerio Público los acusa de sedición y otros delitos, pero
la jornada inicial de la audiencia fue suspendida ayer a falta de
pruebas.
El juez de lo penal, Esteban Quevedo, dio tiempo a la Fiscalía
para presentar evidencias de las presuntas infracciones.
Desde el jueves de la semana anterior la Fiscalía interpuso el
requerimiento ante el Juzgado de lo Penal de esta ciudad.
Sin embargo, sólo está claro que los presos eran parte de los
miles de ciudadanos movilizados en las calles de Tegucigalpa para
reclamar el retorno del orden constitucional.
De los acusados, 11 permanecen recluidos con detención judicial
en la Penitenciaría Nacional y los otros 13 recibieron medidas
sustitutivas de prisión, aunque todos están sujetos a proceso
judicial.
Los retenidos llegaron a la sede del tribunal, esposados de pies
y manos, como suelen trasladar a criminales de alta peligrosidad,
reseñó el diario Tiempo.
Durante la primera jornada del juicio, la Fiscalía presentó como
pruebas el relato de varios policías, pero el abogado defensor,
Marco Tulio Amaya, argumentó que las tales declaraciones carecen de
valor para presentarse como evidencias contundentes sobre los actos
imputados.
Los testigos, advirtió el jurista, son los mismos policías que
los arrestaron.
Desde el 28 de junio último, tras la asonada militar, comenzaron
las denuncias sobre la violencia del ejército y la policía contra
los simpatizantes del depuesto presidente Manuel Zelaya.
Sobre esos hechos recibe información aquí la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, cuyas evaluaciones preliminares
se presentarán este viernes.