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La inmunidad de los soldados norteamericanos que harán uso de al
menos siete bases en el país, a raíz de un polémico acuerdo militar
entre Estados Unidos y Colombia, genera hoy preocupación en diversos
sectores políticos nacionales.
Incluso el subsecretario adjunto para Asuntos Hemisféricos de la
nación norteña, Chris McMullen, ratificó este miércoles que la
protección de los efectivos de su país en servicio en Colombia
constituye una parte importante del referido pacto.
McMullen dijo a Caracol Radio que siempre es el deber de nuestro
Congreso proporcionar protección adecuada a nuestras fuerzas en
otros países. Tenemos un acuerdo como este en más de 100 países.
En cada uno de estos hay una provisión para proteger a nuestros
soldados, en caso de que haya investigación o acusaciones contra
ellos. Es parte del proceso para las negociaciones, agregó.
Estas declaraciones, junto a las emitidas por Hillary Clinton
tras una reunión en Washington con el canciller colombiano, Jaime
Bermúdez, sustentan las preocupaciones que ha generado en el país el
tema de la inmunidad de los militares norteamericanos, según
observadores consultados por Prensa Latina.
De otro lado, el gobierno colombiano en un intento por aplacar
estos temores- repite constantemente que la inmunidad no implica
impunidad.
Sobre este particular Bermúdez señaló que no habrá jurisdicción
estadounidense o cortes marciales en suelo colombiano, mientras que
los órganos de investigación nacionales podrán participar en las
pesquisas que se adelanten contra soldados o funcionarios del
norteño país.
Esto quiere decir que si un militar norteamericano comete un
delito en territorio colombiano la investigación quedará a cargo de
un connacional y no un nativo, el cual deberá conformase con seguir
como observador el proceso, aunque se desconocen detalles de cómo lo
haría.
Pero incluso muchos aquí ponen en duda el alcance real de esos
puntos contenidos en el convenio, toda vez que es conocida la
práctica de Washington con respecto a la inmunidad de sus soldados
en el exterior.
En alusión a los argumentos del gobierno, los críticos del
acuerdo sostienen que son pocos convincentes, pues en las
condiciones actuales internacionales Estados Unidos no tiene
necesidad de tener jurisdicción o cortes marciales en Colombia.
La potencia del norte por principio no permite que un militar
norteamericano, sin importar el crimen que haya cometido, sea
juzgado en otro país o entregado a tribunales extranjeros, de ahí
que no reconozca la Corte Penal Internacional.
Asimismo, el investigador colombiano de asuntos geoestratégicos
Juan Carlos Eastman, citado por medios de prensa, advirtió que en la
practica inmunidad significa impunidad.
En tanto, para el ex presidente de la Corte Constitucional José
Gregorio Hernández la idea de otorgar inmunidad a soldados
extranjeras viola la carta magna, a la vez que crea una desigualdad
con respecto a los militares colombianos, con los que estarán
operando.
De acuerdo con Hernández esa inmunidad se puede convertir en
impunidad porque para que sea levantada, como argumenta el gobierno
colombiano que podría hacerse, previamente deberá pasar por un arduo
proceso diplomático que puede demorarse mucho o no cumplirse.
Lo cierto es que en virtud del nuevo acuerdo, pronto a firmase,
los soldados norteamericanos que operarán en el país tendrán
inmunidad, en un país donde ya se han presentado delitos y crímenes
en el marco del Plan Colombia sin que haya sido juzgado un solo
efectivo de la nación norteña por los tribunales colombianos.