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El líder opositor peruano Ollanta Humala manifestó su rechazo a la
exportación de gas natural de los yacimientos de la región sur
andina de Cusco y dijo que el recurso debe servir al desarrollo del
país.
En una visita a la sureña ciudad de Ica, Humala sostuvo anoche
que la defensa del gas peruano debe ser una cuestión de Estado y su
exportación debe preocuparnos a todos, por lo que ni una molécula de
gas debe salir de Perú.
El gas no debe ser exportado, lo que debemos exportar son los
productos derivados, con valor agregado; no podemos seguir siendo un
país primario exportador, aseveró frente a un proyecto transnacional
para vender el recurso a Estados Unidos, México y Chile.
El presidente del Partido Nacionalista (PNP) demandó además al
gobierno que cumpla su deber y garantice el abastecimiento interno,
como lo prometió el presidente Alan García en un mensaje al país por
el aniversario nacional, el pasado 28 de julio.
García aseguró que el gas sólo será exportado si hay reservas
confirmadas para cubrir el mercado interno, aunque el ministro de
Energía y Minas, Pedro Sánchez, dijo que la venta de gas al exterior
es un asunto en el que el Estado no interviene.
Según Sánchez, la exportación es materia de un contrato entre los
consorcios transnacionales Camisea (que explota el yacimiento del
mismo nombre) y Perú LNG, formado para exportar gas.
El Estado no puede modificar ese proyecto, reconoció Sánchez,
tras haber dicho que renegociaba el tema con esos consorcios para
que sólo haya exportación de haber reservas para atender el consumo
interno, por lo que un diario local lo acusó de haber mentido.
Humala dijo que Sánchez debe renunciar por permitir la
exportación y no impedir que las transnacionales dispongan de
reservas destinadas al consumo nacional.
Señaló igualmente que Perú tiene gas, petróleo y muchos otros
recursos naturales y para lograr el desarrollo hace falta voluntad y
una visión diferente del país.
Según el líder nacionalista, el gobierno ve a Perú como proveedor
de recursos naturales y mano de obra, y por ello no considera
necesario invertir en Educación.
Planteó declarar en emergencia la educación y dedicarle más
recursos, al menos el seis por ciento del producto bruto interno.