.— Prefectos opositores de la
regiones bolivianas de Beni, Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca inician
hoy aquí una cuestionada cumbre para valorar asentamientos humanos
en la amazonía, una política impulsada por el Ejecutivo.
De acuerdo con dirigentes cívicos de esos departamentos, la cita
servirá además para trazar una estrategia de cara a las elecciones
generales del 6 de diciembre próximo, a las cuales el presidente Evo
Morales acude como favorito para su reelección hasta el 2014.
De acuerdo con Luis Núñez, presidente del comité cívico de Santa
Cruz, también evaluarán el estatus autonómico y su inclusión en la
nueva Constitución, vigente desde febrero último.
Según la agenda propuesta por la dirigencia cívica de Beni,
también se considerará el preacuerdo que suscribió el Gobierno
boliviano con Chile sobre el uso de las aguas del conjunto de
manantiales del Silala.
La reunión es vista por legisladores del gubernamental Movimiento
al Socialismo (MAS) como una medida desesperada a cuatro meses de
los comicios generales, en los que la oposición se sabe perdedora.
A juicio del senador Félix Rojas, la cita de Trinidad es más de
lo mismo, atendiendo a que los llamados adversarios del cambio
carecen de una propuesta alternativa de desarrollo nacional.
Por su parte, para el gobierno boliviano, el traslado a las zonas
amazónicas de Pando y Beni de centenares de familias del Chapare y
La Paz, persigue sentar presencia del Estado en regiones inhóspitas
que estuvieron sometidas a la explotación de intereses que no son
precisamente los nacionales.
En ese sentido, el ministro de la presidencia, Juan Ramón
Quintana, señaló además que Bolivia también reforzó la presencia
militar en las zonas limítrofes con naciones vecinas en Beni, Pando
y Santa Cruz, como las que colindan con Brasil.
Quintana explicó que estas medidas apuntan hacia un nuevo modelo
inclusivo, diversificado y basado en una política que concilia la
vocación productiva de la región y la redistribución de parcelas.