BERLÍN.—William Collazo realizó el tiempo más rápido de su
carrera deportiva, con 44.93, pero ni aún así consiguió pasar a la
final de los 400 metros planos, asignatura pendiente para los
velocistas cubanos en campeonatos mundiales desde la época de
Roberto Hernández, en los años 80-90.
Esa segunda semifinal fue dominada por el campeón olímpico
LaShawn Merritt con el tiempo más rápido del año (44.37), seguido
por el trinitario Renny Quow, récord personal de 44.53 viniendo de
atrás.
Collazo precisó de un remate más potente para rebajar todavía más
su marca anterior de 44.96 y con ello llegar entre los dos punteros
o al menos cronometrar alrededor de 44.80, para optar por la
repesca.
En la semifinal anterior —punteada por Jeremy Wariner (USA-44.69)
y Michael Bingham (GBR-44.74)—, se lanzaron a fondo los escoltas,
que fueron el francés Leslie Djhone (44.80) y el irlandés David
Gillick (44.88), y les valió ser escogidos a la postre entre los
perdedores, pues la tercera y última semifinal calificó la más floja
de todas, ganada por el bahamés Chris Brown en 44.95, seguido de
Tabarie Henry (ISV-44.97).
Como se puede apreciar, esos dos últimos avanzaron con tiempos
inferiores al del cubano, pero así son las reglas de clasificación.
A Collazo le corresponde extraoficialmente el meritorio noveno
lugar, por ser el más veloz entre los 16 que finalizaron la
competencia en esa fase.