La selección cubana de voleibol masculino se clasificó, sin más preámbulo, para el Campeonato Mundial del año próximo en Italia, tras vencer a Canadá durante la última fecha del grupo clasificatorio de Norte, Centroamérica y el Caribe (NORCECA) que se disputó en el Coliseo de la Ciudad Deportiva.

Cuba acopló su juego en los momentos cruciales.

Si en sus primeros cotejos los pupilos de Orlando Samuels batieron con facilidad a los débiles elencos de Surinam y Bahamas, lo cierto es que tampoco cejaron frente a un adversario exigente como el sexteto norteño, al que igual derrotaron en tres sets (25-21, 25-19 y 26-24). Una faena inmejorable que les otorga el pase mundialista en calidad de invictos y sin tolerar un solo parcial en contra.

Esta vez, eso sí, el protagonismo ofensivo recayó sobre los hombros de Wilfredo León, quien anotó tantos puntos como años tiene su edad (16), tras haberle dado la vuelta al mundo en menos de 60 días. Que no es nada fácil. Entre los trajines de la Liga y la justa del orbe juvenil, descendió del avión ayer como quien dice.

No en vano, para Samuels en un choque nivelado como el de la víspera, resultó trascendental la experiencia acumulada en la última Liga Mundial, donde Cuba finalizó cuarta destrozando todos los pronósticos. De ahí que no dudase en anticipar el regreso al trabajo, luego de un breve receso, con algún que otro joven refuerzo para la actual plantilla en las posiciones de central y receptor. Más allá, aseguró, debe completarse la planificación para elevar su roce competitivo. Al fin y al cabo, el objetivo de cara al Mundial es claro: se trata de llegar en buena forma, en pos de un resultado óptimo.