Mujeres cubanas, más allá de una fecha

Yaima Puig Meneses

Profunda y entrañable ha sido desde siempre la mujer cubana, con esa mezcla extraña de sensibilidad y fortaleza cotidiana que no deja de sorprender hasta a los más incrédulos. Así somos, así aprendimos a crecernos, con el ejemplo imperecedero de tantas que como Mariana, Celia, o Vilma, nos inspiran en cada jornada.

Próximo a celebrarse el aniversario 49 de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) el venidero 23 de agosto, no puede faltar por estos días de festejos, el homenaje a la mujer trabajadora, a la ama de casa, a la muchacha voluntariosa que se une a la Policía Nacional Revolucionaria o que asume con estoicismo su permanencia en el Servicio Voluntario Militar Femenino.

Tampoco se olvidan las profesoras y maestras que vuelven a las aulas o posponen su jubilación para apoyar el llamado de la Patria; ni nuestras internacionalistas, trabajadoras sociales, obreras¼ mujeres todas que extienden cotidianamente su protagonismo desde el centro de labor hasta el ajetreo de la casa.

Y, de manera especial, recordamos a nuestra querida Vilma, cuya imagen resplandece como sello de identidad de la organización femenina que asume con orgullo la integridad de sus enseñanzas y recuerdos, porque todo cuanto disfruta hoy la mujer cubana como genuinas conquistas, tiene sus raíces en la esencia de la Revolución y en el afán constante de Vilma por lograr, peldaño a peldaño, la distinción que nos caracteriza.

Así hemos comprendido que la verdadera satisfacción solo llega cuando tras cada gesto o voluntad cotidiana, deslizamos ternura y paciencia para conjugarlas de forma que cada experiencia sea, indiscutiblemente, otro de los tantos cimientos que con amor van conformando nuestros años y de quienes nos rodean.

 

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