.— La Cruz Roja hondureña informó
hoy que atendió a decenas de lesionados durante los más recientes
enfrentamientos entre manifestantes antigolpistas y efectivos de la
Policía Nacional en esta capital.
Integrantes de las fuerzas especiales denominadas cobras
arremetieron en las últimas horas contra los participantes en la
protesta popular acontecida en las cercanías del Congreso Nacional.
La institución humanitaria dijo que prestó auxilio a 66 personas
que resultaron lesionadas y afectadas ayer durante los
enfrentamientos entre manifestantes y miembros antimotines de la
Policía Nacional.
Entre los perjudicados por la actuación militar se encuentran
hombres y mujeres, cuyas edades oscilan entre los 20 y 60 años,
precisó el comunicado oficial.
Hace 47 días que los hondureños son víctimas de sucesos
semejantes, pero el Frente Nacional contra el Golpe de Estado
ratificó hoy la decisión de continuar la resistencia.
Entre los agredidos este jueves está el diputado Marvin Ponce,
del partido Unificación Democrática, quien será sometido a operación
debido a tres fracturas en un brazo provocadas por la golpiza de los
uniformados.
Anoche mediante cadena de radio y televisión, el presidente de
facto, Roberto Micheletti reiteró la decisión de actuar contra los
manifestantes.
Tenemos que detener con firmeza la realización de actos
delictivos de cualquier procedencia, adujo el ilegal gobernante.
Las fuerzas del orden, afirmó, han cumplido mi petición de
observar mucha cautela, de respetar el derecho de manifestación
pacífica así como el derecho humano.
Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes,
están repletas de manifestantes provenientes de otros territorios,
llegados tras larga caminata de una semana; el hecho es calificado
por el periódico local Tiempo como una actitud colectiva asombrosa;
algo nunca visto en América Central.
Ese movimiento de resistencia en vez de desmayar se ha
fortalecido con la represión institucional, que aplica un amplio
catálogo de medidas, desde las mediáticas hasta la brutalidad
psicológica y física, que en suma conforman un sistema de terrorismo
dictatorial, evalúa el diario.