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Inmigrantes iraquíes viven cruda realidad en EE.UU.

WASHINGTON, 13 de agosto (PL). — La mayoría de los iraquíes que emigraron a Estados Unidos con la intención de mejorar sus vidas están descubriendo la crudeza de un sistema que los deja desamparados, indica hoy el diario The New York Times.

Un informe del comité de Rescate Internacional citado por el rotativo señala que los inmigrantes de la nación persa enfrentan mayores problemas de adaptabilidad que los provenientes de otras regiones del mundo.

Los iraquíes radicados en ciudades como Nueva York son incapaces de encontrar trabajo, agotaron los beneficios que recibieron del gobierno en algún momento, y se mueven en una espiral hacia la pobreza y el desamparo, refiere.

Según abogados de inmigración entrevistados por el diario, muchos de los que clasificaron como refugiados cuentan con una buena educación, pero sobrevaloraron sus opciones de vida en Estados Unidos y ya comenzaron a percibir sus errores de cálculo.

La mayoría sufre de heridas físicas o psicológicas producto de la guerra, desconoce el inglés, o no pudo validar sus títulos en el mercado laboral norteamericano, por lo que se les hace difícil encontrar trabajo.

Mi vida es miserable, comentó Dunya al-Juboori, ex propietaria de un salón de peluquería en Bagdad que se estableció en Nueva Jersey a partir del 2007 y ahora trabaja por un salario mínimo por las mañanas y recibe adiestramiento el resto del día.

De acuerdo con el periódico, más de 30 mil iraquíes solicitaron refugio o llegaron a Estados Unidos con visas especiales por trabajar para el Pentágono, y unos mil 500 obtuvieron asilo después de la invasión a su país en el 2003.

La mayoría arribó en los dos últimos años, y aunque se dispersan por varios núcleos urbanos norteamericanos, las concentraciones más grandes están en las ciudades de San Diego, Phoenix, Houston y Dearborn.

 

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