Con un acto político en la ciudad de Jiguaní, provincia de
Granma, fue recordada hoy la primera masacre cometida por soldados
españoles para tratar de amedrentar a los iniciadores de las guerras
anticolonialistas en Cuba.
Hugo Armas, historiador del municipio de Jiguaní, dijo que el
siete de agosto de 1869, en la finca Los Marañones, a un kilómetro
de aquí, fueron asesinados 22 cubanos, sin probarles participación
en acciones contra la metrópoli.
Precisó que la mayoría practicaban la masonería y varios también
eran patriotas que pertenecían al Comité Revolucionario de Santiago
de Cuba.
Entre estos últimos mencionó a los doctores Rafael Espín y José
Antonio Pérez, además de José Ascencio de Ascencio, padrino de
nacimiento y de matrimonio de Antonio Maceo.
Fue un complot para intimidar a los patriotas que, encabezados
por el dominicano Máximo Gómez y el cubano Calixto García, sostenían
una vigorosa campaña en la zona de Jiguaní contra la ofensiva
desatada por los ibéricos tras retomar la ciudad de Bayamo en enero
de ese año, agregó.
Armas dijo que el crimen no logró su objetivo, pues en la comarca
crecieron la incorporación de personas a la lucha contra España y
las acciones victoriosas de los insurgentes en la llamada Guerra
Grande (1868-1878).
Recordó que Jiguaní resultó el segundo municipio en el aporte de
oficiales patriotas en el siglo XIX, antecedido por Santiago de
Cuba, y fue escenario de infinidad de hechos heroicos, incluida la
primera carga al machete.
En el acto, participaron miembros de la Asociación de
Combatientes de la Revolución Cubana, junto a dirigentes de la
localidad.