Durante los casi siete meses transcurridos de este año se han
producido en Cuba brotes aislados de conjuntivitis de origen viral,
pero ningún caso de la hemorrágica epidémica, que suelen ser
favorecidas por las altas temperaturas del verano, aseguró ayer en
La Habana la doctora Liane Castro Benítez, epidemióloga de Control
Sanitario Internacional, adscrito al Ministerio de Salud Pública.
Subrayó que el comportamiento de la conjuntivitis hemorrágica,
desde su introducción en nuestro país en 1981, refleja una variación
estacional con incremento de su incidencia en los meses de agosto,
septiembre y octubre, a partir de casos aislados en la población o
brotes localizados en instituciones cerradas.
Por ello, como "medida inteligente" de promoción y prevención en
salud puso de relieve la importancia de incrementar los hábitos de
higiene personal y colectiva —útiles también para evitar el contagio
de otras enfermedades virales—, como el lavado frecuente de las
manos con agua y jabón, no compartir toallas, goteros o medicamentos
oftálmicos, ni tampoco cosméticos para los ojos, y mantener una
adecuada cloración de las piscinas.
Otra medida imprescindible que debemos adoptar en nuestro diario
vivir, dijo, es reducir al mínimo el contacto de las manos con los
ojos. Enseñar a nuestros hijos, incluso desde la más temprana edad,
que los ojos debemos tocarlos solamente¼
¡¡con los codos!!
La evolución generalmente benigna de la conjuntivitis está dada
por la rapidez con que se inicie la atención médica, y tiene como
principal manifestación clínica el ojo rojo (hiperemia en lenguaje
especializado) y, también, la producción de secreciones. Igualmente
aparece el prurito o picazón y es frecuente la hinchazón de los
párpados, como consecuencia de la inflamación de la conjuntiva
ocular.
En algunos pacientes se presenta la fotofobia o sensibilidad a la
luz, lo que puede ser "anuncio" de una complicación de infección de
la córnea.
Según el tiempo de duración del proceso inflamatorio, la
conjuntivitis es aguda si dura de una a dos semanas, y crónica si
sobrepasa ese tiempo.
Cualquier persona que presente un ojo rojo —o los dos— no debe
demorar la consulta médica. Es una forma de proteger y cuidar ese
tesoro que representa nuestro sentido de la visión.