Energía aguas abajo

El trabajo y la responsabilidad cautivaron a la única mujer que en el país es jefa de una Pequeña Central Hidroeléctrica

Ortelio González Martínez

FLORENCIA, Ciego de Ávila.— Apagaba las luces, encendidas con la energía producida en la Pequeña Central Hidroeléctrica (PCH), Alzamiento de Jagüeycito, en el municipio avileño de Florencia. ¡Si ustedes son quienes generan esa electricidad!, le comento. "Todo tiene que comenzar por casa", dijo.

Foto del autorMaribel realiza cualquier trabajo de reparación en la PCH.

Frente a mí, Maribel Herrera Cepeda, única mujer que se desempeña como jefa de una PCH en Cuba. Viste overol azul y, después de revisar los planos, llave en mano, comienza a andar por los vericuetos de una de las unidades que se resiste a funcionar con estabilidad.

"No sé qué vamos a hacer con esta máquina. Últimamente, no hay forma de sincronizarla al Sistema Electroenergético Nacional y debemos hacerlo para estabilizar el funcionamiento y aportar la energía planificada."

Tanto conoce a su PCH que con solo abocinarse la mano junto al oído sabe si anda bien o mal. Fue así como, hace unos días, se dio cuenta del problema de la máquina dos: "Yo le sentí un ruidito extraño¼ ".

Un avezado especialista en la materia le comentó que eran problemas con el péndulo, y ella¼ "a que no". Maribel tenía la razón, porque cuando lo cambiaron todo siguió igual. Al final el problema estaba en el regulador hidráulico que pasa como torrente e impulsa la máquina en funcionamiento. Dicho así, en pocas palabras, es fácil la explicación de cómo obtener corriente eléctrica aguas abajo de la presa, pero cuando uno llega a la PCH y se encuentra entre relojes, pizarras automáticas, circuitos, válvulas distribuidoras, generadores, tuberías¼ se ve obligado a cambiar de opinión.

"Es una energía limpia, dice Maribel. De enero hasta el pasado 31 de julio aportamos al SEN 2 422.02 MW.

"La PCH incorpora toda la energía que produce a la red nacional y mantiene una generación anual de unos 3 000 MW, con lo cual el país economiza más de 800 toneladas de combustibles por generación en termoeléctricas. Somos una PCH pequeña, pero tenemos nuestra importancia. ¿No crees?", asevera con sentido de pertenencia.

"En época de sequía aportamos unos 12,8 MW diarios y en la de lluvia llegamos a los 20, cifra que puede aumentar, incluso, si la presa dispone de mayor volumen de agua.

Quizás esa sea la razón principal por la que, según dicen sus compañeros, la cara de Maribel cambia con la época del año o, mejor dicho, con la cantidad de agua que tenga el vientre del embalse.

"Hoy tiene unos 60 millones de metros cúbicos y está a más de la mitad de su llenado. Poco a poco se va recuperando. Cuando ella alivia es capaz de embalsar más de 79 millones de metros cúbicos de agua. Cada vez que eso sucede la alegría se me refleja en el rostro. Es lógico que así sea.

"¿El agua? Generamos sin malgastarla. Todo con orden. Por ejemplo, a plena capacidad, la PCH consume en 24 horas 380 160 metros cúbicos, y el nivel de la presa puede bajar hasta tres centímetros cada día.

"No es justo que utilice más de la programada. Y si lo hiciera enseguida se sabe porque llega mayor volumen a la derivadota, aguas abajo."

Maribel comenzó como ejecutora de la obra en 1998. Por entonces, trabajaba en la Empresa Constructora de la Industria Eléctrica, pero siempre supuso que la naciente planta generadora cambiaría el destino de su vida. Desde entonces, se mantiene adherida al enclave como quien cumple un sacerdocio.

En cuestiones de hidroeléctrica ella conoce que en el país existen más de 180 unidades, que cubren las necesidades sociales y productivas de unos 35 000 habitantes y 500 objetivos de interés socioeconómico; y que su funcionamiento propició que, hasta mayo último, Cuba dejara de consumir más de 12 000 toneladas de combustible en generación.

También sabe que en medio de un mundo envenenado por la contaminación constituyen una vía de obtención de energía limpia, como lo corrobora el hecho de que el pasado año el país dejó de emitir a la atmósfera más de 90 000 toneladas de dióxido de carbono.

"Demasiadas razones. Es lógico que me sienta adherida a mi PCH", afirma, y llave en mano, continúa el trabajo, tal vez para alejar al preguntón que llegó sin previo aviso.

 

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