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Dirigentes sindicales hondureños calificaron hoy aquí de débil y
ambigua la posición de Estados Unidos contra los golpistas en su
país.
Gerasdo Reyes, dirigente sindical y abogado, en rueda de prensa
en la sede del Frente Sandinista de Trabajadores (FST) dijo que los
sectores populares esperaban más de la administración del presidente
Barack Obama para revertir el golpe.
Reyes, del Frente Nacional contra el Golpe, agradeció el apoyo de
las autoridades y el pueblo nicaragüense a la lucha en su país y
culpó de la asonada militar a las castas oligárquicas que se oponen
al cambio.
Señaló que el golpe es un mal precedente y que tras 40 días se
mantiene la resistencia por la vía pacífica para lograr la
restitución del orden constitucional y del presidente José Manuel
Zelaya.
El dirigente gremial denunció que a causa de la represión contra
las manifestaciones populares en el país hay más de dos mil 636
detenidos, más de 200 heridos y 10 personas muertas.
El fascismo que se desarrolla en Honduras tiene que revertirse,
puntualizó.
Por su parte, Eliseo Hernández, dirigente de los trabajadores del
cemento acusó a los medios de información que mienten al decir que
en su país hay paz y tranquilidad.
El pueblo, aclaró, es brutalmente reprimido y golpeado
salvajemente pero, indicó, mientras más se incrementa la represión
hay más manifestaciones de rechazo a los golpistas.
Por su parte, Luis Barbosa, dirigente de la CST, expresó la
solidaridad con los sindicatos y movimientos sociales hondureños.
Alertó sobre el peligro de regresar a los gobiernos militares de
antaño. Sabemos que Estados Unidos está detrás de los que hoy
usurpan el poder en la nación vecina, precisó.
Barbosa declaró que no hay diferencia entre la derecha
nicaragüense y los golpistas hondureños.
Mientras Ricardo Robleto, del Comité de Solidaridad
Nicaragua-Venezuela, llamó a los movimientos sociales a no
permanecer aislados y dijo que el golpe está dirigido a atacar a la
Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América.