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Temores por la instalación de siete bases militares de Estados
Unidos en Colombia mantienen hoy alerta a amplios sectores
venezolanos, que responsabilizan a Estados Unidos por esa decisión y
el deterioro de las relaciones bilaterales.
Hay una amenaza que pretenden imponer desde la frontera
colombiana, en la que participa el imperio norteamericano, contra
nuestro territorio, advirtió la presidenta de la Asamblea Nacional,
Cilia Flores, quien llamó a estar preparados ante una posible
agresión.
La preocupación, expresada también por el presidente Hugo Chávez,
parte de las intenciones históricas de Estados Unidos por el control
del petróleo, reforzadas por la crisis económica que vive ese país y
el auge de gobiernos nacionalistas en la región.
En opinión de Flores, ese es el contexto en que se debe analizar
las denuncias de autoridades colombianas y estadounidenses sobre la
supuesta vinculación del gobierno venezolano con el narcotráfico o
grupos irregulares.
Sobre la presunta ocupación de armas compradas por Venezuela en
manos de la guerrilla colombiana, Flores aseguró a reporteros que se
trata de una denuncia política para tratar de justificar la
instalación de bases militares norteamericanas.
El gobierno de Venezuela, en vías de certificar una reserva de
316 mil millones de barriles de petróleo, la mayor del mundo, ha
advertido sobre la intención de sectores de poder de Estados Unidos
de controlar esa riqueza, cada día de mayor importancia.
Chávez explicó esta semana en un encuentro con periodistas que,
perspectivamente, el petróleo mundial quedará concentrado en cinco
reservorios: Venezuela, Rusia, Irán, Arabia Saudita e Iraq.
El imperio yanqui tiene entre sus objetivos provocar una guerra
entre Colombia y Venezuela , afirmó Chávez en su programa Aló,
Presidente Teórico, transmitido todos los jueves.
El mandatario alertó que Estados Unidos sería el principal
beneficiado de un conflicto entre ambas naciones, pretensión que
dijo- respalda el gobierno colombiano al permitir la presencia de
militares extranjeros.
Igualmente criticó a las autoridades colombianas por la emisión
de falsas informaciones, como la presunta entrega por Venezuela de
misiles a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La instalación de las siete bases estadounidenses se suma a las
complicaciones de una frontera de más de dos mil 200 kilómetros de
largo, donde se reporta presencia de paramilitares, sicarios y
narcotraficantes que actúan a ambos lados de la línea divisoria.
Este viernes el diputado venezolano Reinaldo García informó que
la comisión parlamentaria de Derechos Humanos comprobó en una visita
a la zona fronteriza el desplazamiento de paramilitares y cultivos
ilícitos a pocos metros de la frontera.
García denunció que paramilitares colombianos han incursionado en
territorio venezolano y asesinado a campesinos y trabajadores y
mantienen aterrorizadas a comunidades indígenas.
Citado por la Agencia Bolivariana de Noticias, el diputado
precisó que pudieron constatar la quema de una escuela en la región
de Simón Bolívar y alertó que ahora, con la presencia de bases
militares, se incrementa el riesgo en la región.
El parlamentario mostró fotografías de cultivos de coca a menos
de 20 metros de la franja limítrofe en río de Oro, donde dijo se
percibe también los olores a acetona, gasolina y otros químicos
utilizados en la fabricación de cocaína.
La complicada situación provocó ya la retirada del embajador
venezolano en Colombia, Gustavo Márquez, y el inicio del
congelamiento del intercambio comercial de más de siete mil millones
de dólares por año.
Asimismo el presidente Chávez anunció el reforzamiento defensivo
de la frontera occidental del país y la compra de nuevos armamentos,
incluyendo blindados que se negocian con Rusia.
Lamentablemente tenemos que armarnos, afirmó el mandatario, para
quien la situación frustra importantes acuerdos de cooperación,
incluyendo la construcción de un gasoducto transcaribeño, y abre un
período de incertidumbre sobre los nexos bilaterales.