.— El presidente boliviano, Evo
Morales, denunció hoy aquí las pretensiones de Estados Unidos de
instalar bases militares en Latinoamérica con el argumento de
defender su territorio.
No es posible que algunos países permitan la implementación de
estaciones de soldados extranjeros bajo las doctrinas
norteamericanas, dijo el jefe de Estado al intervenir en la
celebración del Día de las Fuerzas Armadas bolivianas.
Morales reflexionó cómo el imperio puede llevar su ejército a
cualquier parte del mundo, instalar sus cuarteles con soldados que
gozan de inmunidad, lo cual, a su juicio, es sinónimo de impunidad.
La postura del mandatario responde a los planes de Colombia de
firmar este mes una extensión a su acuerdo militar con Estados
Unidos, que incluiría el uso de siete bases de la fuerza armada del
país suramericano por parte de soldados de la potencia norteña.
Recordó que en Bolivia los extranjeros armados perseguían al
movimiento campesino e indígena y que él fue víctima de sus abusos,
por lo cual considera el hecho como un una agresión.
Por otra parte, el dignatario convocó a las fuerzas armadas
nacionales a cambiar antiguas doctrinas, como parte de las
trasformaciones profundas en lo estructural y lo social, emprendidas
por el actual Ejecutivo desde 2006.
En estos momentos, los militares bolivianos trabajan por su
pueblo, acompañan al gobierno en las decisiones para mejorar la
situación económica del país, en la participación de trasformaciones
como la recuperación de los recursos naturales, reconoció Morales.
También se refirió a la modernización de las instituciones
militares bolivianas, para lo cual fue destinado un presupuesto de
15 millones de dólares.
Entre otros beneficios, el Presidente destacó la creación en
breve, a través del Ministerio de Defensa, de un seguro de vida para
soldados que prestan el servicio militar Obligatorio, ascendente a
tres mil dólares para cubrir gastos médicos en caso de accidentes.
La celebración del día de las fuerzas armadas en Bolivia concluyó
con un desfile, como ya es tradición desde 2006, que juntó a
soldados con representantes de comunidades indígenas de los nueve
departamentos, la clase obrera, petroleros, mineros, cooperativistas
y otros sectores sociales.