Según datos oficiales rusos y georgianos, en el conflicto armado
murieron 395 georgianos (171 militares y 224 civiles), 68 militares
rusos y 162 civiles surosetas, dice un reporte de EFE.
La rápida respuesta de Moscú —con soldados y tanques— aplastó
aquella intención georgiana de crear un foco de conflicto en la
misma frontera con Rusia. Luego se supo la verdadera intención de
Tiblisis y del apoyo de Washington, tanto en armas como en
preparación de los militares georgianos.
En este primer año de aquel hecho, en Osetia del Sur, por voz del
propio presidente de la república, Eduard Kokoiti, se conoció que
esa nación cifra sus esperanzas en arreglar pacíficamente el
conflicto con Georgia.
Volvemos a instar a la dirigencia de Georgia, a la dirección de
la Unión Europea, a la nueva administración de Estados Unidos de
Barack Obama, a que renuncien a la política de dobles estándares y
reconozcan la responsabilidad por los sucesos que tuvieron lugar en
agosto del 2008, expresó el mandatario.
Y concluyó: "Hasta ahora, no hemos oído las palabras ni visto las
acciones de condena a Georgia. Al contrario, vemos cómo la arman,
incrementando su potencial bélico. Hoy en día el potencial militar
de Georgia es más grande que antes de agosto del 2008".
Por su parte, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, remarcó el
interés de su país de encontrar una solución pacífica al conflicto
en la región.
Hasta la OTAN, involucrada en este y otros trances, reconoció —en
cuanto a Georgia y Ucrania— que "estas dos repúblicas ex soviéticas
no están preparadas para ingresar de inmediato a la Alianza".