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El ex presidente colombiano Ernesto Samper prometió llevar las
preocupaciones de Venezuela al gobierno colombiano para facilitar el
diálogo entre ambos países ante el congelamiento de las relaciones
comerciales y diplomáticas.
He tomado atenta nota de las preocupaciones de Venezuela que
espero llevar a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores
colombiana que se reúne la semana entrante en Bogotá para examinar
el asunto, declaró Samper a la prensa tras reunirse con el
mandatario Hugo Chávez.
El político neogranadino significó que Chávez ha tenido la
gentileza de invitar a los gobernadores de la frontera de Colombia
para que acudan a Caracas a examinar el asunto de la frontera.
"Hemos desarrollado una reunión muy amigable y cordial", destacó
Samper.
Samper y Chávez dialogaron en el Palacio de Miraflores (sede de
Gobierno) para buscar una salida a la posible ruptura definitiva de
relaciones comerciales, tras el pacto militar entre Estados Unidos y
el país neogranadino.
Antes del encuentro con Samper, Chávez declaró a reporteros que
Washington no pudo apoderarse del crudo iraquí, y quiere ahora
nuestros yacimientos ubicados en la Faja del Orinoco para garantizar
su combustible en los próximos años. Para ese fin, argumentó,
necesitan derrocar nuestro gobierno y establecer uno títere de la
Casa Blanca, y el mandatario Álvaro Uribe se está prestando para eso
con una actitud guerrista.
"Estamos dispuestos a compartir el petróleo con Estados Unidos y
con todo el mundo, pero si viene a agredirnos para arrebatárnoslo,
no habrá petróleo para nadie, mejor que no se metan con nosotros",
advirtió el líder suramericano.
Estados Unidos anunció su retirada de Iraq, su actual Vietnam, y
ahora tiene sus ojos puestos en Venezuela, advirtió.
Colombia y esta nación mantienen un fuerte diferendo diplomático
que tiende a profundizarse, a raíz del referido pacto militar,
considerado por la administración venezolana como una amenaza a su
seguridad y soberanía y un peligro para la estabilidad de la región.
En este contexto, Brasil, Nicaragua y Ecuador expresaron
preocupación y exigieron transparencia al gobierno de Uribe sobre el
alcance real de este acuerdo militar entre Bogotá y Washington, al
tiempo que ha generado serias fricciones entre Colombia y sus
vecinos.