.— El diario hondureño
Tiempo denuncia hoy que uno de sus reporteros gráficos fue víctima
de salvaje golpiza policial para impedir la toma de imágenes sobre
la represión aquí a los estudiantes universitarios.
Héctor Clara Cruz, explica el periódico, daba cobertura a la
manifestación realizada este miércoles por los alumnos y profesores
de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), cuando fue
salvajemente agredido por policías, dentro del Alma Máter.
Ello, evalúa el rotativo, constituye una clara violación a la
libertad de expresión y a los derechos humanos.
Los militares también trataron de romper el equipo de trabajo del
fotógrafo, con imágenes captadas del enfrentamiento entre policías e
integrantes de la UNAH.
Tras insultos y amenazas, relata la información, dos policías se
aproximaron a Clara y sin mediar palabra lo comenzaron a golpear
salvajemente con el tolete. Uno de los golpes provocó que la cámara
saliera por el aire.
Estando en el suelo, los efectivos continuaron la paliza y ni
siquiera la intervención y las súplicas de testigos, incluidos otros
periodistas, lograron que cesara la barbarie contra Clara, quien en
todo momento portó su identificación como profesional de la prensa y
vestía una camiseta con el logotipo de Tiempo.
Finalmente los militares volvieron sobre el profesional para
exigirle la entrega del dispositivo (chip) de la cámara y otros
colegas sacaron a Clara del lugar porque su vida peligraba, detalla
la acusación.
El enfrentamiento de los estudiantes con efectivos del Comando
Especial Cobra de la Policía Nacional dejó como resultado varios
heridos, desmayados y lesionados.
Para disolver la manifestación, iniciada en el bulevar Suyapa,
frente a la UNAH, los Cobras lanzaron bombas lacrimógenas, chorros
de agua y golpearon con toletes.
Luego de conseguir el repliegue de los jóvenes, los militares
ingresaron en el interior de la sede académica donde continuaron la
represión, contenida finalmente por exigencia de los profesores y en
especial de la rectora de la institución, Julieta Castellanos, quien
contactó telefónicamente con los altos mandos policiales.