CARACAS, 5 de agosto (PL).— El presidente venezolano, Hugo
Chávez, destacó hoy que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA) está obligada a acelerar la marcha en medio
de las agresiones del imperio norteamericano y las derechas
latinoamericanas.
El ALBA está obligada a acelerar la marcha bajo el fuego y el
ataque de las fuerzas imperiales y las derechas más retrógradas del
continente, sentenció Chávez durante una rueda de prensa desde el
Palacio de Miraflores.
Respecto a la reunión realizada el lunes último en Caracas para
instalar el Consejo Económico de ese organismo, refirió que se
tomaron decisiones sobre el Sistema Único de Compensación Regional
(SUCRE), el Banco del ALBA, un conjunto de proyectos de
complementación económica, acuerdos comerciales y la propuesta de
Bolivia del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP).
Informó que el domingo próximo se conformará en Quito, Ecuador,
el Consejo Político de esa instancia, y pronto el Consejo Social en
Cochabamba, Bolivia.
Aclaró que no somos la alternativa solamente, somos la Alianza
Bolivariana, un nuevo espacio con un conjunto de proyectos unitarios
que conforman eso, una verdadera alianza política, con rapidez de
acción y capacidad para tomar decisiones .
El ALBA está constituida por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba,
Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas
y Venezuela.
Durante el encuentro de este martes con periodistas, Chávez
calificó de chantaje la acusación del gobierno colombiano sobre el
tema de las supuestas armas suecas que Venezuela habría suministrado
a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Se trata, enfatizó, de un simple chantaje en respuesta a nuestra
protesta por la instalación de bases militares estadounidenses en
ese país".
De Venezuela hacia Colombia ha habido siempre buena voluntad,
buenas intenciones , sin embargo, esta acusación del gobierno del
presidente Álvaro Uribe es una jugada sucia y traicionera , remarcó.
El gobierno venezolano ordenó el pasado 28 de julio iniciar el
proceso de congelar las relaciones económicas, mientras Bogotá y
Washington acordaron el despliegue de militares estadounidenses en
siete bases en Colombia.