.— Las diligencias diplomáticas
para resolver la crisis institucional en Honduras tendrán pocas
posibilidades de éxito si los golpistas mantienen sus actuales
posturas, advierte hoy la prensa local.
"En términos concretos, la posición del régimen de facto luce
irreductible y, en semejantes condiciones, poco o ningún espacio
tendría la idea planteada en el marco de la acción diplomática,
sostiene este miércoles el diario Tiempo.
La publicación valora la iniciativa de la Organización de Estados
Americanos (OEA) de enviar en los próximos días una misión de alto
nivel a fin de encontrar salidas al conflicto creado tras el golpe
de Estado del pasado 28 de junio.
El régimen de facto mantiene su negativa a aceptar el retorno del
presidente Manuel Zelaya, aunque la comunidad internacional de
manera casi unánime exige el restablecimiento del Estado de Derecho
y del mandatario electo por el pueblo.
Tiempo recuerda que el presidente de facto, Roberto Micheletti,
dijo en San Pedro Sula, durante una reunión con empresarios, que
Zelaya nunca podrá volver a asumir la presidencia porque ha
declarado fracasada la mediación y la opción negociada.
Tales declaraciones desconocen la reiterada aceptación por el
presidente constitucional de las propuestas formuladas por el
gobernante costarricense, Oscar Arias, en su papel de mediador.
En la actual visita oficial a México, Zelaya confirmó la decisión
de suscribir la propuesta, destaca el editorial que también pondera
el respaldo del presidente mexicano, Felipe Calderón, quien catalogó
al Plan Arias como una base para alcanzar una solución pacífica en
Honduras.
Si embargo, el plan de San José, la capital costarricense, se
halla ahora bloqueado por el lado usurpador, expresa el periódico.
La apuesta del gobierno de facto sigue siendo la de ganar tiempo
para consolidarse y cobijarse en el proceso electoral hasta terminar
el período gubernamental, lo cual implica seguir un camino erizado
de peligros, carencias y frustraciones, opina el periódico.
De acuerdo con el editorial, el panorama político y social en
Honduras, tiende a la desestabilización del proceso electoral.
La etapa decisiva del proceso comicial la celebración de las
elecciones y el escrutinio final se produciría en una situación de
facto, y, por lo tanto, carente de legitimidad, denuncia el
análisis.
Esta situación determinaría, sin duda alguna, un abstencionismo
electoral cercano al absoluto, señala Tiempo.
Entre los múltiples efectos de la crisis política también se
halla el desplome de la economía nacional, cuyos indicadores
resultan fuertemente deprimentes, en un clima de desconfianza que
desanima la inversión.
La prolongación de este cuadro, sopesa el diario, sería de
perfiles catastróficos, tanto para la producción como para el
empleo.