Cuba: más que nunca la USAID sigue invirtiendo
en la subversión
JEAN-GUY ALLARD
Hay una ofensiva imperial contra la América Latina progresista
que se está intensificando en estos momentos hacia los países del
ALBA. En Cuba, no solo las inversiones anexionistas de Washington no
han disminuido, sino que han crecido y se han agudizado a través de
nuevas tecnologías y nuevos medios.
Eva
Golinger afirma que existen numerosas ONG que se benefician con el
dinero para promover la desestabilización.
Lo afirma la investigadora venezolana Eva Golinger al analizar,
en entrevista, cómo la actual administración norteamericana sigue
tratando de desestabilizar a la Revolución cubana a través de la
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y
de la National Endowment for Democracy (NED).
Con tales fines, apunta Golinger, la USAID realiza inversiones en
la desestabilización de la Revolución cubana a través de dos
formatos, explica la especialista, que se ha dedicado durante la
última década a estudiar y desenmascarar los mecanismos
norteamericanos de injerencia y subversión en América Latina.
"Su principal financiación proviene del Fondo de Apoyo Económico
(Economic Support Fund), una división financiera del Departamento de
Estado que financia los proyectos de la USAID", precisa". Este fondo
ha aportado 65 330 000 dólares a la llamada transición hacia la
democracia en Cuba durante los últimos dos años. Para el 2010 están
destinados 20 millones de dólares adicionales".
Según la terminología de la USAID, del dinero ya entregado
durante los años 2008 y 2009, 10 millones de dólares fueron
dirigidos al área de "derechos humanos", siete millones para
promover "la competición política" y casi 49 millones para la
"sociedad civil".
Resulta interesante que la USAID también abrió una Oficina para
las iniciativas hacia una transición (OTI, por su sigla en inglés)
para Cuba a finales del 2007, con el objetivo de realizar "un
trabajo con la juventud" y las "iniciativas independientes de medios
de comunicación", señala la investigadora.
"Para este fin, han aportado un fondo adicional de 8 383 000
dólares desde el 2008. Las OTI son divisiones de la USAID dedicadas
a responder a crisis políticas de manera rápida, para ‘resolverlas’
a favor de los intereses estadounidenses".
Las OTI manejan fondos líquidos de dólares "en cantidades muy
grandes, sin tener que pasar por mucha revisión o contabilidad ante
el congreso estadounidense".
En Venezuela, una OTI fue establecida en agosto del 2002 para
promover y consolidar las fuerzas opositoras a la Revolución
bolivariana. Desde entonces, la OTI ha financiado y ayudado a crear
más de 450 ONG y grupos políticos con fondos que sobrepasan los 60
millones de dólares.
Este dinero sirve fundamentalmente para alimentar conflictos y
promover los intereses de la Casa Blanca de manera encubierta.
LA "GUERRA IRREGULAR"
USAID, la agencia que comenzó como el brazo financiero del
Departamento de Estado en el año 1962 para atender los asuntos
"humanitarios", se ha convertido durante el siglo XXI en uno de los
actores principales de la "contrainsurgencia" bajo la nueva doctrina
de Guerra Irregular de Washington.
"A principios del 2009 fue firmada esta doctrina por el recién
llegado presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como parte de su
nueva política de ‘smart power’, el poder inteligente, una
política que emplea el uso del poder militar junto con la
diplomacia, la cultura, la comunicación, el poder económico y la
política".
Hay dos grandes puntos de diferencia entre la Guerra tradicional
y la Guerra Irregular: el objetivo y la táctica, señala la abogada
venezolana-estadounidense.
"La Guerra Tradicional ve como objetivo la derrota de las fuerzas
armadas del adversario, y su táctica principal es el uso del poder
militar en su forma más tradicional, el combate y el bombardeo. La
Guerra Irregular tiene como propósito el control sobre la población
civil y la neutralización del Estado, y su táctica principal es la
‘contrainsurgencia’, que es el uso de técnicas indirectas y
asimétricas, como la subversión, la infiltración, las operaciones
psicológicas, la penetración cultural y el engaño militar".
Durante el siglo XXI, la USAID ha desarrollado divisiones dentro
de la agencia que funcionan juntas con el Pentágono, como las
oficinas de Gerencia de Conflictos, Transición y Reconstrucción,
Democracia y Gobernabilidad, e Iniciativas hacia una Transición, que
están reorientando su trabajo hacia los esfuerzos de
"contrainsurgencia".
"Así, la USAID se ha convertido en el actor y principal
financiero de la desestabilización y la penetración en la ‘sociedad
civil’ en países estratégicamente importantes para los intereses
estadounidenses".
En el caso de América Latina, las cifras de inversión financiera
de la USAID en los grupos políticos y en la "promoción de la
democracia" son abrumadoras.
LA NED Y SU CADENA DE ONG
MERCENARIAS
Por otra parte, la NED, que fue fundada para hacer el trabajo que
hacia la Agencia Central de Inteligencia (CIA), pero con una imagen
más legítima, ha aportado 1 435 329 dólares para promover la
desestabilización en Cuba este año.
Así lo señala Golinger al enumerar los grupos beneficiados por
este fondo norteamericano: Alianza Afrocubana (Afro-Cuban Alliance (ACA),
82 080 dólares; Asociación Encuentro de la Cultura Cubana, 225 000
dólares; Centro para una Cuba Libre (Frank Calzón), 54 222 dólares;
Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE), 157 526
dólares; el Comité para el sindicalismo de Libre Comercio (CFTU),
150 000 dólares; el Directorio Democrático de Cuba, 275 000 dólares;
CubaNet News, 42 000 dólares; Disidente Universal de Puerto Rico, 40
000 dólares; Grupo Internacional para la Responsabilidad Social
Corporativa en Cuba, 236 730 dólares; People in Need (PIN), 129 451
dólares; People in Peril Association (PIPA), 43 320 dólares.
La gran mayoría de esta colección heteróclita de organizaciones,
grupos y grupúsculos han sido vinculados en el pasado a actividades
de la CIA.
A pesar de las promesas, cambio de administración o no,
Washington no deja de derrochar anualmente cientos de millones de
dólares del dinero del contribuyente en esta guerra sucia contra
América Latina.
"Hay una ofensiva imperial contra América Latina en marcha que se
está intensificando en estos momentos contra los países del ALBA",
sentencia Golinger.
"Una de las manifestaciones de esta agresión es esta llamada
contrainsurgencia como táctica para penetrar e infiltrar las
comunidades y promover la desestabilización", subraya la autora del
Código Chávez y de La Telaraña Imperial, el repertorio
de las actividades de inteligencia de Washington en el continente y
el mundo. |