Las altas temperaturas del verano se compensan en municipios de
la provincia de Ciego de Ávila, con el disfrute de fiestas
tradicionales de gran arraigo comunitario.
La más reciente de ellas tuvo lugar en Baraguá para celebrar la
fecha que rememora la abolición de la esclavitud en las islas
anglófonas del caribe, en el año 1834, por la Reina de Inglaterra.
El jolgorio deviene motivo especial para los habitantes de uno de
los asentamientos más numerosos de inmigrantes jamaicanos y sus
descendientes en Cuba y envuelve a toda la comunidad, desde los
mayores, hasta los más pequeños.
Además de la música o el baile, allí se rescatan también juegos
que denotan destreza y alegría como el de críquet, la guerra de la
soga, el palo encebado, el Mock Man o Muñecón.
Tampoco faltan las comidas y bebidas típicas, que van desde el
pan de gloria con limonada, el vino de la flor de soril, el Arroz
con Coco, Pescado sobreuso con Salsa, Harina con Quimbombó y el Pan
de Coco.
La festividad comienza desde la mañana y alcanza su mayor
esplendor en la plaza del barrio, donde tienen lugar las
realizaciones coreográficas, bailes en saco, zarandas, zancos y los
cantos.
Animador principal de la celebración es el conjunto Folklórico La
Cinta, surgido en 1975, por la fusión del grupo danzario del mismo
nombre y el musical Calipso Boys , formado la década anterior.
Su manera de hacer, fundamentalmente en bailes como el trenzado
de la cinta, la doble araña y los ritmos calipsos jamaicanos atraen
la atención de los asistentes, quienes en número creciente se suman
al acontecimiento cada año.
Otras localidades tendrán también festividades típicas durante el
mes de agosto, como las parrandas de Chambas y el carnaval acuático
de Punta Alegre.